Capitulo 8.

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Entramos en un despacho muy bien acondicionado.

Una mesa de roble con dinero encima,una silla con terciopelo verde en el respaldo y un estante lleno de bebidas, eran la cueva de Leiva en el prostíbulo.

-Sentante. -Me ordeno el capo mientras se servia un trago.

Yo tome asiento en una silla de madera tan común como que el sol sale de día.

-Mira nene, la cosa es simple. Vos mataste a Marcelo, no me interesa el por que, lo que si me importa es no perder dinero y Marcelo tenia un trabajo pendiente. ¿Me explico?

-Pero jefe, pensé que eso quedaría para mi. -Interrumpió Daniel.

-¿No te dije que te calles? ¿No te lo pedí antes? -Se irrito Leiva.

-Si señor, pero es injusto que yo...

Un disparo interrumpió la replica de Daniel.

Leiva había sacado de su cintura su pistola y le había disparado sin piedad a la pierna de Daniel.

-¡Si yo te ordeno que te calles, vos lo haces! -Le grito Leiva.

Rápidamente el guarda espaldas del capo fue a asistir a Daniel.

-Llevatelo de acá o te tiro a vos también. -Ordeno Leiva con furia.

Daniel fue retirado del despacho y solamente quedamos Leiva y yo.

Sin duda este hombre no me tuvo piedad,tan solo me perdono la vida.

Es evidente que no le tiembla el pulso al tener que usar su arma, ni si quiera, si el objetivo es alguno delos suyos.

-Perdón por el exabrupto. Volviendo a lo nuestro, mañana llega un cargamento al aeropuerto de la ciudad.Necesito que lo escoltes hasta donde yo te diga. ¿Entendido?

-Señor, yo lo entiendo, pero creame que yo no estoy echo para este tipo de cosas.

-Si pudiste incendiar a uno de mis mejores hombres, hacer esto sera fácil, al menos que...

-¿Al menos que que?

-Al menos que no le tengas aprecio a tu vida. En ese caso, hasta acá llego todo. -Amenazo apuntándome con el arma nuevamente.- ¿Tenemos un trato?

-Si...si...señor. -Respondí mientras un escalofrió recorría mi espalda.

-Mañana tenes que estar a las 11:50a.m en el aeropuerto. Si no vas, ya sabes como termina esto. Hace caso. Ahora andate, ya me canse de verte la cara de imbécil.-Me ordeno.

Yo me levante de la silla y comencé a caminar hacia la puerta.

-Una cosa más pibe. Olvídate de la puta esa...Vas a terminar como Marcelo, haceme caso. -Aconsejo.

Yo asentí con la cabeza y me retire del despacho.

Aprovechando que no había guardaespaldas ni guardias, salí del prostíbulo.

El aire fresco de la noche me impacto en la cara como un cachetazo frió.

La lluvia caía levemente en una ciudad que dormía ignorando lo que se germinaba dentro de sus entrañas.

Encendí un cigarrillo y comencé a caminar bajo la lluvia sin destino, como un barrilete que se le corto el piolin y se mueve a la deriva por el viento.

Ir a mi casa seria una estupidez.

De seguro la policía sigue investigando la escena del crimen, al menos eso me hizo creer durante años Connan Doyle.

Mientras camino, comienzo a sentir la bocina de un coche detrás mio.

Al darme vuelta efectivamente me doy cuenta que estoy en lo cierto.

-Subí.- Me dice Estrella desde el auto negro.

-¿Qué haces acá? -Pregunte extrañado mientras las gotas de lluvia caían en mi rostro.

-Subí de una vez. -Insistió.

Hice caso sumiso y entre en el vehículo.

Ella acelero lo más que pudo mientras sus lagrimas seguían cayendo de sus ojos.

A decir verdad ya estoy cansado de esta puta noche.

Estrella estaciono el vehículo en una calle cualquiera, oscura y peligrosa.

-¿Leiva ya te pidió que trabajes con él no es así?

-¿Cómo sabes?

-Lo imagine. ¿Y qué vas a hacer?

-¿Acaso tengo alguna opción?-Pregunte indignado.

-Tengo un plan. Un plan que nos sirve a ambos y que puede terminar con todo esta mierda.

-Pero vos dijiste que era imposible hacer algo.

-Hasta que te conocí pensaba así. No se por que Leiva no te mato, pero eso es una señal de que te quiere con él.

-¿Y entonces?

-Si vos me ayudas, yo te ayudo a vos.Si nos deshacemos de Leiva, por fin voy a poder ser libre y vos te vas a salir de todo este lio.

-¿Y cómo vamos a hacer eso?

-Con mi plan. -Dijo encendiendo un cigarrillo.

El viento sopla como si estuviese enojado y la lluvia cae con violencia sobre la ciudad.


Estrella no tiene nada para perder a al parecer y yo...Yo ni si quiera se si alguna vez tuve algo.

El cuento del pibeWhere stories live. Discover now