❝ 𝐍o hay tiempo para jugar contigo.
Sólo cierra tus ojos, déjate llevar.
Te haré sentir placer, y beberé de ti
hasta saciar esta locura que
despiertas en mi 𝖎 𝖓 𝖙 𝖊 𝖗 𝖎 𝖔 𝖗. ❠
❨中身❩ ⸻ 𝐓odos ellos probaron de la fruta prohibida. Se embriagar...
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Para aquella hora, los estudiantes de la preparatoria debían estar regresando a sus casas, por lo que el tren estaría cargado al punto de quedar uno estampado contra la ventanilla del vagón. No obstante, la idea de decirle a Genzo que tenía que irse por alguna urgencia e ir de pie todo el recorrido se le hacía más tentadora a (Reader), antes que el tener que estar sentada al lado de quien fue su anterior pareja.
Había pasado más de dos años desde la última vez que lo vio y creyó que nunca más iba a cruzarlo pero, como la vida es tan impredecible e injusta, tuvo que volver a verlo no solo en la misma ciudad, sino en el mismo equipo en el cual estaba su novio y su ex mejor amigo. En otras circunstancias, (Reader) tal vez habría aceptado terminar con él en buenos términos e intentar llevarse como buenos amigos, pero tal parecía que Ken Wakashimazu no estaba entusiasmado con ello.
Exagerado, pero para él lo era todo o nada.
—¿Qué se supone que haces aquí? —lo escuchó mientras se inclinaba hacia adelante con las manos juntas, como si quisiera pasar desapercibido
—¿Venir a besar a los del equipo porque se me da la gana? —inquirió con sarcasmo, cruzando sus brazos—. Es obvio, estoy en una relación con Wakabayashi.
Ken la miró de reojo.
—¿En serio? De todos los niños ricos y arrogantes de la ciudad, ¿por qué justamente él?
(Reader) cambió su cara a una de indignación. Intentó darle un leve empujón en el brazo, aunque como era sabido de alguien con un cuerpo tan tonificado que practicó artes marciales toda su vida, ni siquiera pudo moverlo un poco.
—Porque me ama tanto como yo lo amo a él, ¿qué crees?
—¿Lo amas a él o amas su dinero? —farfulló arqueando una ceja, recibiendo un segundo empujón por (Reader) que esta vez sí pudo hacerlo mover aunque sea un centímetro.
—¿Acaso me ves cara de interesada? El dinero no me importa; no puede comprar el hecho de que los dos nos amamos y estamos bien con lo simple.
Wakashimazu levantó las manos en señal de rendición.
—Bien, bien, te creo. Es típico de ti, siempre fuiste muy sencilla en ese aspecto —y luego de unos segundos en silencio mientras ambos observaban el entrenamiento, añadió—: No has cambiado en nada, hasta puedo oler que sigues usando la misma crema corporal de flores.
—Hey, recuerda que eso es culpa de mi mamá y sus compras al por mayor. —Cruzó sus piernas y apoyó su rostro en la mano.
—Ya lo creo. Y no solo el aroma. —Sonrió arrogante, viendo como había captado la atención de la chica—. También le dejaba un sabor exquisito a tu piel, especialmente en...
