Capítulo 1

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Jimin había salido de su casa tan temprano como pudo, con la camisa a medio abrochar y su cámara colgando en su cuello. Sabía que era un desastre, tenía enormes ojeras debajo de sus ojos y sus manos temblaban. Quizás por los nervios o porque había estado consumiendo café toda la noche. No se podía dar el lujo de arreglarse un poco porque ya estaba tarde.

Cuando llegó al estudio algunos de sus compañeros lo observaron y solo pocos le sonrieron. Estaba seguro que le sonreían por lástima, ya que sabían que el jefe no era muy amable con él. Caminó por el estudio, tropezando con algunas personas que estaban distraidas entre decoraciones y papeles. Buscó a su jefe entre las personas, hasta que lo halló en una esquina.

Armando fuerzas llegó frente a él, le escuchó dar instrucciones para una sección que estaban realizando. Jimin esperó, sabía que su jefe era muy arisco cuando se le interrumpía mientras trabajaba.

Luego de haber terminado, su jefe lo miró y negando con su cabeza le ordenó que lo siguiera a su oficina. Suspiró, arrastrando sus pies mientras era guiado por su jefe.

- ¿Y bien Jimin? ¿Ya has pensado en tu proyecto?- preguntó. Sus manos temblaron de nuevo y sus músculos comenzaron a tensarse.

- Sí señor, pero necesito tiempo para poder realizarlo. Quizás una semana.- contestó, su mirada volviendo al suelo. Su jefe no era alguien de dar segundas oportunidades y era seguro que no le daría más tiempo, pero nada perdía con intentarlo.

- Sabes que no puedo darte una semana Jimin, has estado aquí por 6 meses. Sé que eres un buen fotógrafo, pero no has hecho algún trabajo que sea completamente tuyo. Necesito ver que mereces estar aquí.- elevó su vista hacia Jimin, su mirada mostraba enojo y desilusión.

- Lo sé, por favor deme esta oportunidad. Sé que puedo demostrar que soy un gran fotógrafo y que puedo hacer un buen proyecto.-su mirada se vuelve decidida, iba a demostrar que podía. Él no era solo el chico desastroso del estudio. Observó a su jefe asentir.

- De acuerdo, tienes cinco días Park. Es lo máximo que te puedo dar. Quiero que hagas un buen proyecto y que traigas esas fotos en cinco días.- responde.- ahora ve a tu casa de nuevo, debes empezarlo cuanto antes.

Jimin le agradeció repetidas veces. Estaba tan feliz que no pudo evitar una enorme sonrisa en su rostro. Con una reverencia se despidió de su jefe y caminó hacia la salida.

...

En vez de ir a su casa Jimin optó por caminar por las calles de su ciudad. Pensando en cómo lograría su proyecto. Tenía muy claro cómo iba a ser, hasta tenía un tipo de modelo en mente para sus fotos. El problema era que Jimin solo tenía un modelo ficticio, uno que solo estaba en su imaginación. ¿Dónde iba a conseguir a alguien que se pareciera al tipo que tenía en mente? Y aún peor, ¿como lo iba a conseguir en menos de cinco días? Esto iba a resultar en un desastre, como todo lo que él hacía.

Estaba frustrado, su jefe nunca le había pedido algún trabajo suyo. Sólo lo había tenido como asistente de todos en el estudio. Y aunque no se hubiera quejado antes, nunca le gustó ser un simple asistente. Tampoco le gustó que le obligaran a crear un proyecto de un día para otro, pero de nuevo se había quedado callado. De todas formas él era el más joven en ese lugar y el de menos experiencia.

Estaba a punto de llorar por la frustración cuando su salvación apareció frente a él en forma del hombre más caliente que había visto en su vida. No era el tipo de modelo que había imaginado para su proyecto, pero ahora solo podía imaginar a ese hombre frente a su cámara mientras capturaba toda su belleza.

No lo conocía, pero estaba muy seguro de que lo quería para su proyecto. Solo necesitaba acercársele, ser amigable y luego hablarle sobre trabajar juntos. Era muy fácil, podía hacerlo.

Decidido caminó hacia el interior del restaurante, el hombre no le miró, sino que caminó hasta una de las mesas donde había una familia cenando. Cuando comenzó a explicar detalles sobre el plato Jimin casi se desmaya. Su voz era igual de caliente que él. Y ahora que sabía que era el chef de este lugar, estaba más emocionado y nervioso.

Uno de los meseros se le acercó ofreciéndole la carta para tomar su orden más adelante. Jimin solo quería lo que fuera que cocinara el chef, estaba bien con probar cualquiera de sus platos. Mientras esperaba, luego de haber pedido su orden, observó el lugar detenidamente. Era un poco elegante y lo hacía ver a él mal, como un vagabundo. Su ropa y el lugar no concordaban, más bien él no lucía con esos lugares elegantes.

Cuando su comida llegó Jimin sonrió nervioso, esperando que el chef apareciera y le hablara sobre su plato. Pero no fue así, por lo que sin esperar a que se enfriara empezó a comer.

Había estado en ese lugar casi dos horas, ya estaba más vacío y algunos meseros acomodaban y limpiaban a su alrededor. No había vuelto a ver al hombre y eso lo había desanimado. Pero estaba decidido a hablar con él. Dándose un poco de ánimos caminó tímidamente hacia uno de los meseros y le pidió amablemente hablar con el chef.

Sintió sus manos sudar cuando lo vio salir de la cocina, tenía el ceño levemente fruncido mientras el mesero le comentaba algo. Supuso que le decía sobre su petición para hablar con él. Sus miradas se cruzaron cuando él estuvo más cerca y su pulsó se aceleró aumentando sus nervios.

- Buenas tardes, mi empleado me comentó que quería hablar conmigo, es eso así señor?- comienza hablar, tan serio que parecía como si estuviera molesto de haber sido llamado.

- Hola.. soy Park, Park Jimin.- se presenta, su voz parecía pender de un hilo. Incluso para eso era un desastre.

- Entiendo, ¿me podría decir qué está mal? Quizás, no le ha gustado algo del plato?- lo miró cautelosamente, como si su respuesta fuera muy importante para él.

- No! No es eso, la comida estuvo increíble. Usted es increíble. Quiero decir, el lugar es increíble - al darse cuenta de lo que había dicho, intenta corregirse torpemente. Pero el hombre ya había sonreído.

- Gracias por el halago Park Jimin, es eso lo que quería decirme, asumo.- su sonrisa parecía aumentar con cada palabra que decía. Jimin juraba que no había visto una sonrisa tan perfecta como la de ese hombre.

- Yo, sí bueno.- su rostro se había vuelto en tonos rosados. No sabía cómo él lo había hecho un manjar de nervios.- En realidad quiero que seas mi modelo.

- ¿Modelo? ¿Es este algún tipo de broma señor Park? Tengo trabajo en la cocina así que le pido que no me haga perder el tiempo.- responde volviendo a su postura inicial, tan serio como si su sonrisa nunca hubiera estado ahí. Jimin se regañó mentalmente por eso.

- No es una broma señor chef! Soy fotógrafo, puedo enseñarle mi credencial del lugar donde trabajo. Debo tenerlo por aquí, espere.- rebusca por sus bolsillos, sacando algunas notas que había olvidado de la noche en vela que había tenido. Finalmente lo encuentra y se lo enseña con una sonrisa orgullosa.

- Entiendo pero no soy modelo, como dijo antes, soy chef. Así que debería buscar a un modelo de verdad.- había cruzado sus brazos sobre su pecho, mostrando cuán reacio estaba a ser su modelo.

- No importa que no sea modelo, realmente eres perfecto, mi cámara te adorará señor chef- sonríe mientras sujeta su cámara frente a él. Necesitaba convencerlo de cualquier forma. - Puedo pagarle algún incentivo si eso desea, no puede ser mucho aún así.

- Este es mi restaurante, ¿cree que necesito dinero?- lo mira, como si su ofrecimiento hubiera sido una broma.

- Oh, ¿entonces qué tal si me pide algo a cambio? Quizás necesite algún mesero, puedo ser un gran mesero señor chef.- Jimin sabía que estaba casi rogándole, pero no estaba tan avergonzado con eso.

- Veo que es muy urgente para usted Park Jimin, ven mañana temprano. Ahora si me disculpa, debo regresar a la cocina.- luego de una leve reverencia, se voltea. Sin dejar que Jimin le responda.

No sabía cómo tomar lo que había sucedido, pero sentía que lo había logrado. Solo debía esperar al día siguiente y ver si él hombre aceptaría. Se dio cuenta que ni siquiera le había dado su número y no había preguntado su nombre. Se sintió un idiota ante eso, pero nada evitó que regresara a su casa con una gran sonrisa. Hoy necesitaba recuperar las horas de sueño si quería que el día de mañana fuera grandioso.

En su piel [Kookmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora