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Un pequeño niño que no rondaba mayor a la edad de 10 años se encontraba jugando solo casi como a diario

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Un pequeño niño que no rondaba mayor a la edad de 10 años se encontraba jugando solo casi como a diario.

-La pelota... -se quejo rotundamente al ver lo lejos que había ido a caer.

    Más bien dicho, el pequeño ni siquiera podría verla desde el lugar, pero quería jugar así que debía de una u otra forma entrar para recuperar lo que le pertenecía.

-!Ya vuelvo! -grito por puro instinto y luego sacudió su pantalón para ir a por su juguete.

    Las ramillas se escuchaban al quebrar bajo sus pies con cada paso que daba al caminar,  aunque amaba entrar a jugar en el bosque esta vez no estaba de el mejor humor de todos.

-Me quiero ir... -Murmuro para si mismo pero más fue su sorpresa al levantar la vista y abrir los ojos en demasía, estos parecía brillar y una sonrisa curiosa se instalo en su pequeño rostro.

                                                   "Un niño..."

    Murmuró al ver a un bello niño recostado bajo un frondoso árbol verde que parecía le estaba brindando la sombra necesaria para dormir.

    A pasitos muy cuidadosos y temblorosos se acercó para ver a lo que a su vista fue un "Ángel" y no era para menos; en el suelo rodeado de hojas yacía un pequeño cuerpo de piel clara y cabello oscuro, así como los angeles que se presentan en las pinturas, justamente como los angeles en los libros que el pequeño leía.

-¿Estás dormido? -pregunto con un poco de miedo, aún así se acercó y puso en cuclillas a la par de el contrario- me quedaré hasta que despiertes... -murmuro y luego se dedicó a esperar pero no le duró mucho dado que era impaciente- Olvídalo nos vamos.

                                                           [...]

-¿En donde estoy? -pregunto  el ángel mientras despertaba de su sueño, abrió lentamente sus ojos y las frotó con sus manitas.

-Esta es mi casa, yo te traje hasta aquí -el menor sonrio acunclillando se y poner un paño mojado sobre los ojos rojos del contrario.

-Debo irme -menciono, sus mejias rojas por las acciones del contrario- ¿podría irme ya?

-Si claro -dijo concentrado en limpiar la herida de el tobillo y rodilla de el mayor- solo déjame terminar y te dejare en donde te encontré -sonrio enormemente, sus ojos formando medias lunas y sus dientes sobresaliendo de la misma manera.

-Estaba en el bosque ¿no,? -alzo una ceja y se cruzo de brazos encogiéndose un poco por el dolor.

-Si, entonces volveremos y luego... -fue interrumpido por quién estaba atendiendo.

-Olvidalo ya puedo volver -con cuidado se levantó y apoyo el pie con dificultad.

-Yo también te ayudo.

    Y fue así como pudo llevar a su "Ángel" hasta la puerta frente a su casa y luego soltarlo para verlo a sus ojos.

-¿Cuál es tu nombre? -no había nada malo en preguntarle cómo se llamaba ¿cierto? Sus manos jugando entre ellas por el constante nervio que había tenido desde el momento en que lo vio.

-Mi nombre es JunHui... Pero creo que Jun está bien -por primera vez le sonrió.

    El corazón de el menor contento comenzó a latir mucho más rápido y aunque no entendió del todo su comportamiento interno, pensó que era normal.

-Te diré "ángel" Jun parecia un angel, antes cuando dormía y ahora también -las mejías del pequeño se bañaron en un rojo carmesí por a ver dicho semejantes palabras.

-S-Si... Es lindo -Solto una carcajada más nerviosa que nada, en verdad su contrario era muy lindo a su manera- ¿Cual es tu nombre?

    Pero el semblante de JunHui cambió por completo al ver como el chico que lo había ayudado corría hacia adentro de la casa y volvía con algo oculto entre sus manos que reposaba tras su espalda.

-Mi nombre es SeokMin -una preciosa sonrisa se pintó en su carita y una pequeña flor se hizo ver entre sus manos cuando tuvo el valor de ofrecerla.

-Bien creo que te diré "Sol" Minnie sonríe mucho, es como un pequeño sol -no pudo evitar sonreír y tomar con su mano la flor que evidentemente era para él- ¿Una flor? -pregunto en desconcierto total por las acciones de SeokMin.

-Solo una flor -Nervioso jugo con sus propias manos.

     Una flor blanca se posaba sobre la mano de Jun, pequeña delicada y frágil justamente como Seokmin lo había visto en aquel momento.

-Sol -llamo obteniendo la atención de SeokMin.

-¡¿Si?! -grito de espanto al ser llamado de esa forma- ¿mandé?

-Mi casa está a tan solo tres de aquí -menciono señalando con su dedo la casa al final de todas las demas- podría venir a verte o a jugar... Nos vemos.

-Pero... -su boquita formó un lindo mohín que era más que obvio se había hecho presente por tener que separarse de su ángel.

-Vendre mañana -dio un paso rápido y se acercó a los labios de Seokmin y en un rozar, un mínimo contacto entre sus bocas... lo beso- nos vemos.

    Y fue así como un Jun caminaba a pasitos lentos por la calle y un SeokMin completamente anonadado se quedaba en su casa, ese había sido su primer beso, y parecía que había ganado ya en la vida, en la pequeña vida que apenas estaba comenzando.
   

UNA FLOR🌹 [Seokhui]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora