VII: Visita

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- Hola cariño.., ¿Cómo estás? - Preguntó un pato de vestimenta roja a la nada, mientras sostenía sobre sus manos un ramo de flores blancas, las cuales comenzó a acomodar alrededor de una lápida, manteniendo una sonrisa triste. - Perdón por no venir a visitarte, he estado un poco ocupado. - Suspiró, decaído. -

- Debe ser aburrido estar aquí..¿No?- Pregunto.

- Sabes? Harvey ya tiene tres años, ahora mismo juega con las flores y el césped a nuestro lado, ¿Puedes verlo? - Menciono mientras dirigía su mirada a su pequeño, que como había dicho, se divertía con las flores. - Es bastante animado, me recuerda a ti, nunca se puede estar quieto. - Suelta unas pequeñas risas mientras se sentaba enfrente de la lápida.

- Todo de el me recuerda a ti, desde su apariencia hasta su actitud, es algo así como una copia tuya, exceptuando el hecho de no es tan precavido. - Su pequeño tomó una flor para después comenzar a morderla, escupiendo está al instante.

-He estado pensando en darle un hermano, crecerá bastante solo..- Susurro sonriendo un poco, llegando a casa se aseguraría de que su hijo no hubiera ingerido algo potencialmente dañino. - Además de que necesito que alguien lo distraiga, he visto que hay muchos pequeños en el orfanato.. sería un proceso largo, pero estoy seguro que en algún punto obtendrá a alguien con quien jugar, además de mi y Dewey, y se divertiría más que nunca.

- Todos te extrañamos.., tu presencia siempre nos animaba, no importaba donde. - Sonrió un poco nuevamente, abrazando un poco su cuerpo mientras soltaba unas pequeñas lágrimas, que al instante limpio. - Yo te extraño, todos los días..todo el tiempo.-

- Simplemente ver a Harvey me hace recordarte, verlo sonreír me hace sentir raro, me gusta, pero me produce melancolía..- Trató de distraerse, las pequeñas gotas resbalaban por sus mejillas mientras el intentaba arreglar un poco el lugar.

- A veces me preguntó que hubiera sido mejor..Si que tú siguieras conmigo y que Harvey no estuviera..o como estamos ahora. - Acepto algo avergonzado, aveces culpaba al niño de su tristeza o malos días, simplemente por el hecho de que el estaba ahí y no la pata. - Por supuesto, no me arrepiento de que Harvey esté aquí, iluminaria tu vida si estuviéramos en el caso contrario.

- Ojalá estuvieras aquí y pudieras verlo crecer, estoy seguro de que lo amarías..- Suspiró un poco para después abrir un poco los brazos, había visto como su pequeño se acercaba con algo de rapidez y torpeza hacia el, así que lo atrapó apenas tuvo la oportunidad.

- ¡.Papá..! No ores, no guma! - Regaño el pequeño que difícilmente se daba a entender, apesar de su edad aún tenía problemas en pronunciar algunas palabras, esos errores hacían reír un poco al padre, así que intentaba inocentemente hacerlos más seguido.

- Hah..bien, ahora, ¿Qué me querías pedir? - Pregunto el pato mientras miraba a su pequeño, sabía que esa no era la única razón por la que había venido, solo espero un poco para que el infante soltará unas risitas y gritará animadamente "¡Hewado! Ve cawo asi!", Huey solo respondió con unas risitas para después levantarse con su niño en brazos. - Bien, pero despídete de mamá. - Sentenció para que después el niño sacudiera su mano hacia la lápida.

- Adiós Mamá! - Sonrió mientras era llevado por su padre a comprar dichoso postre.





















- Voy a estar bien, tranquilo cariño. -

- E-Está bien, es solo un contratiempo -

- E-Ella va a estar bien..! -

Fueron las palabras más clavadas en la mente del chico de rojo, el cuál simplemente miraba el lado izquierdo de su cama..vacío, suspiró un poco y se levantó apenas oír a un pequeño patito llorar.

- ¿Tienes hambre? Comiste hace unos veinte minutos.. - Regañó a el pequeño, como si este pudiera responderle, el bebé solo siguió llorando. El pato mayor no tenía ánimos, pero ver a su bebé llorar le entristeció un poco, así que comenzó a mecerlo en sus brazos mientras le tarareaba, intentando que el bebé dejara de llorar. - Heh..

El bebé comenzó a calmarse mientras era gentilmente arrullado por su progenitor, Huey al notar que estaba tranquilo, optó por dejarlo en la cuna nuevamente, pero apenas separarlo de sus brazos el pequeño comenzó a llorar nuevamente..y así se repitió, hasta que Huey le permitió dormir junto a este, acomodándose a su lado, el bebé se quedó dormido mientras abrazaba a su padre, que inconscientemente acariciaba sus plumas.





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cómo que me gusta matarladigoq:0

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