PROLOGO: ¿Quién o qué eres?

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Hubo días donde lloraba en mí recámara pensado en la decepción que era para mí padre y como a pesar de todos mis esfuerzos no lograba ser lo que querían que sea. Y lo único que me quedaba si quería ser un vikingo de verdad seria volver a nacer e intentarlo de nuevo o morir en batalla y subir al Valhala. Pero no podría subir tampoco, por la cosa que estaba haciendo: montar a un dragón.



-¡Bien hecho, Toothless! -gritaba de la emoción en el aire.


Era lo más asombroso que hice jamás, sentía el viento en mi rostro, levanté las manos y sentí la ventisca entre mis dedos.


De un momento a otro caí, en el aire me sentía tan pequeño.


Pensé que moriría al ver la inmensidad del mar helado, desesperado busqué a Toothless cuando algo se aferró inyectando sus garras en mi estómago sacándome el aliento. Cerré los ojos con fuerza pensando que era una de esas sirenas de las leyendas. Cuando sentí el suelo abrí de a poco los ojos chocando la cara de un chico. Lo primero que hice cuando me soltó fue correr a esconderme detrás de una gran roca


-¿Quién o qué eres? -pregunté asomando un poco la cabeza. Mire su cuerpo de arriba abajo para asegurarme que no sea una sirena; era un muchacho con estado físico medio sin una pierna; con suficiente musculatura, cabello negro, piel marrón claro como el barro mojado, unas pocas escamas negras en su rostro, alas y una larga cola y orejas de- Furia nocturna -me miro con una blanca sonrisa. Miré sus ojos verdes como dos gemas- ¿Toothless? -con miedo fui saliendo detrás de la roca, de todas formas estábamos sobre una acantilado enorme, no había donde escapar-, ¿eres tú?



-No -dijo, pero algo en sus ojos no me dejaron tener miedo-, claro que soy yo -corrió a abrazarme.


Era la primera vez que alguien me abrazaba sin aplastarme por lo pequeño que era en comparación a los mastodontes de mi gente.


-¿Cómo? -pregunté, me abrazó más fuerte y lo sentí contra mi cadera- ¡éstas desnudo! -corrí nuevamente a esconderme, reprochándome por reaccionar de esa forma.


-¿Hipo? ¿te encuentras bien? -desvió la mirada cuando asomó el rostro por la roca-. Si quieres puedo volver a ser dragón.


-¡No! -tape mi boca viendo una gran sombra acercándose detrás suyo.



Sus orejas se movieron como un gato inquieto y su miranda se afiló. Reaccionó rápido abrazándome. Al no estar preparado caí. Nos tapó con sus alas del peligro.



-¡¿Pero q?! -cubrió mi boca.



-No hagas ruido.



Escuche el ruido del aleteo de un dragón cerca. Escondí mi cabeza en el cuello de Toothless para mirar de que tipo. Sentí grandes pasos que movían la tierra. Mi respiración se aceleró, tape mi boca, era una pesadilla monstruosa hembra tan grande como un choza. Cada vez más cerca estaba aquel dragón a nosotros. Mi corazón casi salía de mi pecho.


Toothless tapo mis orejas con sus manos y cerré fuertemente mis ojos. Los chillidos del dragón eran como la de un alma en pena. Cuando el dragón se fue empuje a Toothless.


-¡Nunca lo vuelvas a hacer! - grite histérico y sonrojado.


-Se dice gracias -rodó los ojos como si fuera lo más obvio.


-¿Disculpa?.


-Se dice gracias, te acabo de salvar la vida ¡dos veces! -se paró abruptamente del suelo, tape mi cara al ver colgar sus cosas.

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