1. Un día normal.

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¿Todo es luz y oscuridad? ¿Eso piensan los mortales? ¿Qué solo existe el cielo y el infierno? Si fuera así la fauna del submundo habría muerto hace mucho y con ellos la normalidad de la raza que se hace llamar humanos se esfumaría, aunque no es como si los famosos cielo e infierno ayudaran a que esta se mantengan. Gozan de jugar a cada especie que se les presente y cuando se cansan de ella, cuando la exprimen, cuando solo quedan las lastimeras cenizas es que la liberan de sus garras.

¿Los humanos acaso no han pensando en lo que vive en las sombras? ¿En aquellas criaturas que con tanto trabajo hacen que sus mentes no exploten por la cruda realidad que les rodea? Estoy cansado, cielo, infierno, no veo la diferencia, en los dos gobiernan seres horribles, en los dos se guardan almas, en los dos se nos desprecia a nosotros las criaturas del submundo.

Algunos días pienso en dejar todo y escapar al mundo humano, en vivir en las sombras como dicta mi naturaleza, ver cómo el mundo pierde el control y la razón. Luego pienso en Tadeo, en su sonrisa, en su felicidad y simplemente el deseo pierde sentido, debo seguir con esto, debo sobrevivir para darle a él una buena vida, una vida digna.

Es asqueroso tener que ser una criatura del submundo, no importa lo que digan esos estúpidos libros que los demonios y ángeles tengan en sus bibliotecas, donde describen de manera estúpida a los de nuestra especie. Los Bekins no son puro fuego y los Banshees pueden hacer más que gritar, la crueldad no existe en las intenciones de los cegadores solo velan por las almas y los Lianis no soportan la sangre. Ellos no entienden, porque no son de los nuestros, porque viven en otra realidad, como los humanos, pensando que todo es según lo dictan ellos, como los detesto.

Odio en especial ver como las páginas recitan que la trinidad de lo oscuro está extinta, lo relatan con tanta pena que por un segundo olvidas que fue su culpa el que se extinguirán, hipócritas, al pensar en todas sus acciones me muerdo la lengua para sentir el sabor metálico en mi boca con aun más rabia, estupido TIC

Debería  haber nacido humano, junto a Tadeo, ellos tienen la vida resuelta, ellos pueden morir de formas tan fáciles, pueden acabar con su sufrimiento con una absurda rapidez, le he huido a la muerte en varias ocaciones, pero mi motivación nunca fue mía, siempre fue por alguien, me he sentado a pensar, cosa que últimamente hago mucho, tal vez demasiado, pero note cosas, que debí de notar hace mucho, viví por las acciones de otros, mis padres me salvaron, mi especie me salvó, aunque no lo sepa Tadeo me esta salvando, con su presencia, con su inocencia, con darme una motivo para continuar.

Me encuentro en un hospital, es tan blanco, limpio y ciertamente perturbador, con sus humanos corriendo de aquí para allá como si el salvar una vida fuera importante. Idiotas. En algún momento llegaré yo, con mis ilusiones y alucinaciones para que me siga un cegador y acabe el trabajo. No me interesa el alargamiento de lo que dure una vida, menos me interesa una vida humana, aun así me dan pesar, se ven tan alarmados, tan asustados y saber que mi presencia en cierta media justifica su miedo me hace sentir culpa, pero no puedo detener mi trabajo solo por sentirme culpable, así no funciona el mundo, no importa cuanto lo deseemos.

Estoy sentado en el borde de una cama de sabanas blancas, el olor a químicos llena mis fosas nasales y me veo tentado a acariciar los mechones de cabello que se posan en la almohada mojada de sudor de mi próxima "víctima"; es una chica, una niña que pretende ser mujer, con su cara indiferente y mirada estoica, esta sonrojada por el calor que siente y jadea en busca de aire de una forma desesperada, sus uñas se clavan a la cama como si esta fuera su vida, me cumplo el capricho y peino su cabello con la punta de los dedos, con este mismo contacto le regalo una linda ilusión, que mengüe su agonía, si tiene suerte y mi trabajo en buena pronto caerá dormida, solo sentirá un pequeño roce, tal vez en la mejilla, quizá piense que es un beso, uno compasivo que le quite el ultimo aliento de forma inconsciente. Espero que tenga suerte y que yo halla hecho un buen trabajo.

Me levanto de la cama para dirigirme a la puerta y de allí al pasillo, solo para seguir a otra habitación y repetir la acción hasta que un cegador novato venga a relevarme, hasta que el ciclo se repita horas mas tardes. He olvidado mis zapatos en casa, nunca los necesito y esta no es la excepción, es por eso que mis pies pueden percibir lo frio que esta el piso, un extraño placer me inunda, intentando olvidar lo que a pasado en la habitación comienzo a caminar alejándome mientras veo mis pies grises como mi cuerpo entrar en contacto con el piso blanco. 

Mi jornada apenas y a comenzado. Me toca tratar con muchos otros enfermos, es una noche tranquila en lo que cabe, solo hay personas con fiebre o con severas contusiones que provoca que le pongan mucha medicación de esa que te calma y entorpece. No es hasta que se ven luces de distintos colores y un agudo sonido que los humanos vuelven a sus andadas preocupadas, no pasa mucho antes de que lo vea, es un humano que se mueve de forma erradica, como si fuera incapaz de tener control de sus extremidades para terminar haciendo movimientos poco típicos en la anatomía humana. 

Yo me retiro, no es algo en lo que yo pueda contribuir a ayudar, solo me aparto ansioso de hacer algo mas productivo que ver el sufrimiento de alguien más de forma innecesaria, pero es cuestión de segundos para que el  este más calmado y yo pueda acercarme, sus ojos no se fijan en ningún punto preciso, tal es así que por un segundo pienso que me ha visto, me quedo quieto en un intento de entender si a sido capaz de verme, pero no ha gritado, no ha cambiado la expresión lo que me dicta que puedo posar una mano en su cabeza, el empieza a decir cosas que solo yo entiendo, las enfermeras la miran con tristeza, expresan con su mirar lo que todos saben.

Merodeo algunos pasillos al momento en que esos movimientos vuelven a dominar en la peculiar persona, no tiene conciencia, ni quien lo detenga, hay un grupo de personas rodeándolo, como si eso fuera a salvarlo. Volteo a mi derecha y veo a uno de mis compañeros en este pesado trabajo, es un cegador que hace poco completo su formación, se ve nervioso, temblando con tanta intensidad que su mascara casi se cae de su cara, yo apoyo una mano en su hombro y lo empujo con delicadeza, él se acerca al humano.

Cierro los ojos, intentando no escuchar cómo su aliento se pierde como muchos otros, le doy una señal con la mano al cegador para indicarle que me voy . 

Salgo del hospital, queriendo aire fresco, esta lloviendo, no lo había notado. En un charco frente a mi puedo ver mi cara inexpresiva, mis orejas puntiagudas, el tono gris de mi piel y lo oscuro que es mi despeinado, por no decir explosivo, cabello, mantengo la mirada con mis ojos pateados por un rato, el agua me moja, lo sé, pero no siento el agua.

 Escucho el chapoteó del agua, una linda chica que va a la par de un guapo chico corren bajo la lluvia mientras ríen y se empujan, algo crece en mi mente, una pequeña travesura que domina mi cabeza al momento de ser creada. Me acerco a la pareja y con gentileza toco con un dedo sus frentes, ahora en ellos hay ilusión, los acompaño en su caminata como una sombra y al llegar a un farol próximo decido que es hora de ir a casa.

 Imagino los pisos de madera chirriante y ventanas rotas que conforman mi casa, con sus paredes de yeso viejo y muebles roídos, al pestañear me encuentro ahí, en la alfombra gastada que alguna vez citó "Bienvenido", no tardo mucho en escuchar las pisadas del piso de arriba gracias a la madera y en las escaleras aparece Tadeo, con su pelo despeinado blanco y ojos dorados, su camiseta de pijama deja ver la grisácea piel que tiene sus brazos y cara, él me sonríe con sus dientes, dándome la bienvenida a la vez que recupera el aire que perdió al correr para verme.

-¿Como te fue?- Su voz es tan alegre, sus ojos brillan con emoción, eso me recuerda porque es el mi motivo de sobrevivir.

-Normal, fue un día normal- Le confieso con la voz apagada que siempre llevo, pero sonrió intentando expresarle comodidad- ¿Me ayudas a hacer la cena?

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⏰ Última actualización: Apr 06, 2020 ⏰

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