The World of Dead 2

CAPITULO 8: Los Terribles Experimentos de Pharmahorse Corporation

El reloj marcaba las 3:40 de la mañana, la tormenta había cesado y la gran mayoría de los humanos infectados que merodeaban por las instalaciones del Everfree Vacation Center habían pasado a convertirse en Crimson Heads, los cuales corrían por los pasillos en busca de carne humana sin tener éxito, incluso los perros zombis que habían atacado al Equipo Alicorn deambulaban por el Hotel saqueando los refrigeradores de la cocina para después pelearse entre ellos por la carne de res que estos contenían.

Todo el lugar se había convertido en un paraíso para los muertos vivientes, quienes destruían cualquier mueble, puerta o vestigio de presencia humana en el lugar sin darse cuenta que para aquel momento prácticamente todos los sobrevivientes se encontraban ocultos metros bajo tierra a salvo de la infección.

Mientras tanto, Shining Armor se encontraba corriendo por el oscuro pasillo que comunicaba a la cripta con el laboratorio secreto de Pharmahorse Corporation, para el joven policía resultaba insoportable el nauseabundo olor que despedía el lugar, incluso llego a pensar que probablemente se encontraría con algún Crimson Head en el camino, pero para su buena suerte solo se encontró con infectados quienes aparentemente nunca podrían mutar debido a que su estado de descomposición era bastante avanzado, en parte como resultado de la humedad que había en el pasillo.

Finalmente consiguió llegar a una puerta de metal que al cruzarla lo envió a un gigantesco túnel hecho de piedra que en ambos lados tenía instaladas varias calderas de vapor, además de que al final del túnel se encontraban dos puertas junto con una pantalla de televisión, Shining se acercó rápidamente a la pantalla la cual al detectar su presencia se encendió repentinamente mostrando el logo de Pharmahorse Corporation para después dar paso a la imagen de un hombre vestido con traje victoriano quien le saludo diciendo:

-Hola amigo, me llamo Joseph Marie Everton, filántropo, médico y científico de enorme peso además de ser cofundador de Pharmahorse Corporation, la empresa farmacéutica más grande del planeta y gracias a la cual tu familia y tu país están a salvo de todas las enfermedades que amenazan diariamente al mundo. Quiero daros la bienvenida con un amistoso apretón de manos recluta, habéis llegado en el momento en que necesitamos de tus servicios pues, aunque hemos intentado llevar a cabo una política de paz, los enemigos de Estados Unidos quieren acabar con nosotros. Pero no os preocupéis, pues vos hoy iniciáis el camino a la grandeza y a demostraros tanto a ti mismo como al mundo que no hay barreras para la ciencia.

-Quiero acceder al laboratorio y de paso preguntar: ¿Cuál de las dos puertas tengo que cruzar? –pregunto Shining Armor sintiéndose extraño por hablar con una pantalla.

-La puerta derecha es el ascensor que os lleva al helipuerto ubicado en el Hotel del Everfree Vacation Center, mientras que la puerta izquierda os comunica con el laboratorio que buscáis, pero al que solo podéis acceder con la tarjeta de acceso que vuestro asesor os ha dado –respondió el hombre de la pantalla con una sonrisa que denotaba orgullo y superioridad.

-Um... Mi asesor solo me mando aquí pero no me dio una tarjeta –dijo Shining Armor inventando una excusa para poder entrar al laboratorio y burlar al hombre de la pantalla - ¿Sabe dónde puedo conseguir una?

-Solo hay una manera, dirigiros a la mitad del pasillo en la Caldera Número 9, estoy abriendo un acceso que lo llevara a un área donde vos podréis conseguir la tarjeta que necesitáis –respondió el hombre de la pantalla al tiempo que Shining volteaba hacia atrás viendo como la caldera marcada con el número 9 entraba dentro de un compartimento secreto ubicado bajo el suelo para luego mostrar la entrada a un pasillo secreto.

-Gracias Señor Everton, le agradezco su ayuda –dijo Shining quien se alejó corriendo de la pantalla para después entrar al pasillo que se había abierto –Debo admitir que no esperaba más dificultades en el camino, aunque si algo puedo agradecer es que ya no huele tanto a mierda como en el pasillo anterior.