Diciendo adiós

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La melancolia se dispersa en el cielo y crea una sombra donde se juntan nuestras huellas y promesas que dicen tanto.

Nuestros pasos nos recuerdan incesantemente aquella impermanencia, regañandonos por nuestra falta de objetivos.

Pero me pierdo tanto cuando miro la profundidad de tus ojos, recuerdo que soliamos tener esperanza sobre lo que vendria despues.

La razón por la que bromeamos y reimos es que el camino que recorremos es muy oscuro, tanto que lagrimas no podemos derramar, supongo que es nuestro trabajo encender las luces.

Estoy tan acostumbrado a pretender decir adiós pero rompo en llanto mientras me despido, en medio de esta oscuridad de tristeza roja me pierdo, se pone oscuro y entonces llega la noche.

Incluso si es inevitable que lleve el mañana nunca dije que quería vivir para verlo.

Incluso si es mejor rendirme sigo teniendo sueños del futuro, del futuro donde nada es nuestra culpa.                     

Todas las cosas que debemos lograr están colgando de una luna naciente, incluso vangando por la carretera de noche tu figura irradia para mi tranquilidad.

Se dice que se necesita tiempo para confiar especialmente cuando se trata de confiar en otra persona, pero si estamos en el mismo barco tampoco hay razon para permanecer distantes.

Como todo ya está dicho y hecho, si solo compartiré algo mas entonces necesitaré alguien con quien compartirlo, y yo tambien me necesitaré.

Estoy tan cansado de pretender decir adiós, mas romper en llanto mientras me despido, en medio de esta oscuridad de tristeza roja me pierdo, se pone oscuro y entonces llega la noche.

Incluso si es inevitable que lleve el mañana nunca dije que quería vivir para verlo.

Poemas del escritorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora