Vinculados

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Corríamos y corríamos hasta que en un momento perdí de vista a Eduard. Mi madre lo había capturado y si mi madre lo capturo no hay vuelta atrás.

-Corre Fiona!-dijo Eduard asustado

Me escondí en unos arbustos para intentar salvar a Eduard pero primero tendría que esperar a que mi madre se distrajera.

-así que tratas de escapar verdad, ahora eres mio!-dijo mi madre sosteniendo del traje a Eduard

-que? Y mis padres?- lo soltó y ella rió

-tus padres te abandonaron ahora eres mío, seras mi aprendiz al igual que mis hijas y tus riquezas serán mías-dijo mi madre riéndose

Solo podía ver como las lágrimas de Eduard salian, mi madre se alejo y en eso entonces salí del arbusto y veía a Eduard destrozado. Lo abraze, no lo pude evitar, el siguió el abrazo no podía parar de llorar. Podía sentir su triztesa, casi como si fuera el, sentía que estaba destrozado y que solo yo en este palacio sombrío podía levantarlo.

Lo tome de un brazo y lo lleve hasta adentro y cure una herida que tenia en su cara, conforme la curaba sentía como si tuviera la herida también. Después de un rato la herida que el tenia el en su cara me aparecio a mi en el mismo lugar de la cara, fue muy extraño. Como si mi ser estuviera vinculado al de el, no tenia explicación. Una vez leí en un libro de leyendas del valle. Leí sobre la marca que llevo en el brazo, decía "estrella con estrella, cuerpo con cuerpo, tu guerra, mi guerra, tu paz, mi paz, mi alma, la nuestra", supuse que era algún pacto o algo hací pero ahora  lo razonó, mi hermana y yo tenemos la marca pero su marca contiene seis estrellas y yo cinco.

-Eduard me permites ver tu marca?- dije entusiasta

-claro- dijo el

La mire y si su marca era exactamente la misma que la mía tenía solo 5 estrellas.

Miseria de ImperiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora