Ese primer dia fué duro, la verdad, pero me sirvió para darme cuenta de que pocos destrozos habían hecho: cuadros de mis antepasados destrozados, pequeños objetos hechos añicos esparcidos por el suelo de varias habitaciones y la mayoría de las ventanas rotas. Curiosamente tampoco quedaba nada de la alfombra persa de principios del siglo pasado que adornaba la entrada y la gran mesa del comedor de madera de roble estaba hecha astillas.
Pero todo eso no era nada. Habían destrozado los objetos que sabían, casi con total seguridad, que no estaban manipulados con trampas. Casi.
Al entrar en una de las habitaciones de invitados pude divisar un reguero de sangre, ya seca y casi inexistente. Dejaba su estela hasta el alféizar de la ventana, ahora destrozada.
Una sonrisa salvaje afloró en mi rostro y me deleité imaginandome la escena que luego resultó ser cierta. Una pierna, seccionada a la altura de la rodilla, se encontraba en el suelo junto a un cable de acero ya destensado. Hinqué una uña en la parte trasera y probé una gota de sangre. Era humana, pero tenía una textura final diferente. Diferente pero no desconocida para mi.
Era sangre Ventrue.
Si, definitivamente esa pierna pertenecía a un ghoul. Y ojalá estuviese muerta esa escoria chupaculos.
Los siguientes dias estuve aletargado y, cuando me sentía mas lúcido, colocaba trampas (algunas nuevas, otras que solo necesitaban ajustes y unas pocas curiosamente desactivadas).
Una vez realizado ese tedioso trabajo que me hastiaba por tener que usar bastante sangre a la par que una concentración extrema, me dispuse a descansar. Pasaba las horas nocturnas mirando por las ventanas para observar posibles movimientos sospechosos.
Extrañamente no me percaté de nada y eso que había entrado en la mansión de la peor manera posible: perseguido y haciendo bastante ruido.
Era completamente anormal el hecho de que no hubieran intentado algo más sabiendo que estaba en clara desventaja y debilitado por los meses vagabundeando por las cloacas. ¿Podría tratarse de una tregua? Lo dudaba mucho. Si hubiese sido asi no me habrían perseguido como a un perro.
Lo que estaba claro, de momento, era que por ahora estaba a salvo y lo ocurrido con el ghoul reforzaba esa imagen de seguridad. Pero habían pasado dos largos años. Eso, en una gran ciudad, era muchísimo tiempo. Adiós a mis zonas de caza y mis escondites temporales.
Los Ventrue habrían cambiado con total seguridad su zona de caza y necesitaba saber que zonas se quedaban libres para mí.
Joder, vuelta a empezar de cero.
Pero aun me guardaba un As en la manga...