Capitulo 1.

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¿Ojos azules... o?

Pov. Samuel de Luque

Un día más viviendo en este asqueroso lugar, donde viven seres con tanga hipocresía que da ganas de vomitar.

Algunos creen que el pacto de paz es el nuevo Génesis de la biblia creada por todos los seres del universo, ya no de un solo Dios, ya que es el inicio de un nuevo renacer donde hay más seguridad.

Aunque yo no creo eso, este mundo es el infierno para los demonios.

Nuestros cuernos y alas fueron arrebatos por nuestro padre; eso nos quito gran parte de nuestro poder, aunque no me debe importar mucho ya que soy heredero al trono, cosa que me dio garantía de riqueza y poder en este lugar.

Era temprano por la mañana y no tenia nada que hacer en todo el día, así que decidí salir de mi lujosa mansión que fue otorgada por mi padre para ir a la casa de unos de mis nuevos amigos que hice al llegar a este lugar. Su nombre es Luzuriaga, él es un humano, pero tanto los ángeles como demonios los conocemos como "Ángeles caídos", ya que también son creación del mismo Dios de los ángeles, solo que al vivir alejados de Él mi padre se aprovechó de eso y se hizo cargo de muchas decisiones en este mundo, nosotros solo nos encargamos que la palabra de nuestro padre se cumpla en este mundo.

Su casa me quedaba algo cerca así que fui caminando sin ningún problema. Mis ojos rojos era lo único que me distinguía a los demonios de otros seres, así que me puse unas gafas de sol moradas que tenia en mi bolsillo ya que no aguantaba las miradas, unos me miraban con terror y otros con asco, algo normal para mi ya que para muchos ángeles los demonios nunca debimos haber nacido ya que somos los "malos" y no lo puedo negar, en general causamos caos, pero todo son órdenes de nuestro padre que no podemos negar. Mientras que para los humanos, seguimos siendo superiores para ellos y podemos controlarlos apenas nuestros poderes sean devueltos.

Al llegar a casa de Luzuriaga el me abrió con su tipica sonrisa de siempre y me invitó a pasar.

L: Samuelito! Que gusto verte! Que te trae por aquí?

S: Hoy desperté aburrido - Dije sin más, mientras me sentaba en el sofá de mi amigo y me quitaba las gafas.

L: Un demonio aburrido? Eso es nuevo - una risita traviesa salio de sus labios e hizo que me contagiara.

S: Bueno, ya ves chaval, desde que perdí mis poderes no puedo hacer mucho en este mundo más que molestar a algunos ángeles que pasan por ahí - di un pequeño bufido para después percatarme que Luzu me había dejando una taza de café en la mesita que tenia enfrente mío; sin dudarlo mucho lo tome en mis manos y sorbi un poco disfrutando su sabor.

L: Puedo ver sigues adicto al café -volvió a reír mientras yo asentía simplemente con la cabeza - Puedo preguntarte algo Sam?

S: Sabes que si Luzu - le mire detenidamente y pude notar algo de tristeza es sus ojos.

L: Como se siente tener poderes? Digo... Ya sabes, yo nací siendo humano, alguien catalogado como una especie débil y sin futuro... Desde que ustedes están en este mundo, los humanos automáticamente fuimos arrastrados por insultos y humillaciones al ser los "hijos no deseados" o "la especie que nunca podrá volar" en muchos sentidos. -Su mirada era dirigida al suelo, mientras que jugaba con sus manos con nerviosismo.

Me quede callado unos segundos mientras lo miraba y sentía algo que nunca había conocido o sentido, ¿era acaso esto lastima?

S: Luzu... La verdad es que tener poderes es algo que extraño, tener poderes como yo los tenía era algo asombroso e increíble, sentías que podías hacer lo que quisieras - Ahora él me miraba a los ojos y en ellos podía ver total melancolía acompañado de un pequeño pero visible destello de envidia

G É N E S I S || Rubegetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora