Especial definitivamente no canon | En Casa

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La luz lastimaba a la pequeña brujita que trataba de dormir, y cuando se levantó para cerrar las ventanas, percibió el suave aroma proveniente de la cocina, y dejó que sus pies la llevaran hasta ahí como de costumbre. Cuando llegó, encontró a Nolan con su delantal y una mascarilla, cocinando con mucho esmero miles de postres, incluyendo, desde luego, gran variedad de galletas.

—¿Qué estás haciendo papi? —Pregunto asombrada por la gran cantidad de comida que había en la mesa y la forma en que vestía.

—Trabajando mi amor.

—¿Trabajando? ¿En casa?

—Así es —repuso con una pequeña sonrisa en lo que decoraba un pay con unas cuantas bayas.

—¿Por qué?

—No te preocupes por eso linda.

—Está bien.

—¿Quieres ayudarme? —le pregunto con una gran sonrisa que a pesar de ser cubierta por la mascarilla, se reflejaba en sus ojos.

-¡Sí! -Exclamó emocionada.

-Ven entonces.

-Sí papi -repuso Aurora antes de acercarse a él y dejar que le pusiera un pequeño delantal de animalitos y una mascarilla. Después de eso, corrió a lavarse las manos, usando sólo agua y fregando su piel con prisa, salpicando agua por todo el fregadero.

—No Aurora, vas a mojar todo —le dijo con calma.

—Lo siento —repuso apenada.

—No te preocupes —dijo antes de tomar un trapo y secar el fregadero—. Sólo es un poco de agua, no pasa nada.

Nolan se acercó a Aurora y se mojó las manos un poco antes de ponerse jabón en las manos.

—Haz lo mismo que yo.

—Sip.

Después de esparcir el jabón en sus manos, Nolan y Aurora frotaron sus dedos, entrelazándolos por delante y por detrás. Después, frotaron las puntas de ellos sobre sus palmas.

—Hace un poco de cosquillas —dijo Aurora con una ligera sonrisa—. ¿Por qué hacemos esto?

—Para la mugre que hay debajo de las uñas. Muchas cosas feas se pueden esconder ahí no crees?

—Wácala —dijo antes de reír.

Continuaron el lavado agarrando sus pulgares con el puño y rotando este hacia delante y atrás una y otra vez en ambas manos; y para finalizar, limpiaron también sus muñecas y parte de sus brazos.

—Ahora tenemos manos súper limpias ¿Qué te parece?

—Podría lamerlas y no me daría asco.

—Si haces eso tendré que pedirte que te las laves de nuevo —dijo entre risas—. No quiero tu saliva en mis postres.

—No papá, qué asco.

—Eso mismo pensé.

Ambos se rieron, y después, Aurora ayudó a Nolan a cocinar los postres.

—Por cierto ¿Podrías explicarme por qué hay tantos rollos de papel en la despensa?

—¡Oh! —repuso nervioso—. Creo que me dejé llevar un poco en las compras.

—Pero dejaste la despensa repleta de papel de baño... Y de comida también.

—No hablemos de eso —dijo desanimado.

Aurora frunció el ceño reclamándole una explicación con la mirada, Él la ignoró y continuó cocinando.

—Papá, estás muy raro, tienes una pila de papel de baño y comida en la despensa, trabajas desde casa, haces que usemos mascarillas, de repente te preocupas mucho por la forma en que me lavo las manos y además te veo triste ¿Qué sucede?

Nolan suspiró y se arrodilló frente a ella antes de quitarse la mascarilla, descubriendo su rostro lleno de preocupación.

—Cariño... tengo que confesarte algo —Aurora lo miró con algo de miedo ¿Qué estaba pasando?—. Afuera están ocurriendo cosas muy peligrosas y parecen estar empeorando... He escuchado historias horribles acerca de una enfermedad que cada día va tomando más terreno y... tengo miedo de que algo malo te suceda —Aurora lo vio con sorpresa, y se quitó la mascarilla también—. No quiero que te pase nada.

Ambos permanecieron en silencio por unos segundos, hasta que la brujita se acercó a él, y lo abrazó con fuerza. Nolan quiso alejarla, por el miedo a infectarla, pero ella lo abrazaba con tanta fuerza que no pudo detenerla.

—Incluso si muriera por ese virus del que hablas, estaría contigo todos los días como el fantasma que está bajo mi cama.

Nolan relajó su cuerpo, dejando que la tensión que había generado por la situación se fuese disipando, y le correspondió el abrazo.

Sentía su cuerpecito suave y mullido... sus manitas cálidas que apenas lo envolvían y su largo cabello recogido en una coleta, que desprendía un ligero aroma a flores. Quería que ella estuviese ahí para siempre, bajo sus brazos, bajo su protección, todo el tiempo dentro de la calidez de su hogar.

—Yo haría lo mismo —repuso con una sonrisa, mientras la abrazaba con fuerza—. Y no pararía de seguirte hasta hasta hacer mi casa en tu corazón.

Aurora sonrió, y escondió su rostro sonrojado en la capucha de él.

—Ya llegaste... Estás en casa.

Hola chicos, sólo vine a decirles que aprecien a sus familias

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Hola chicos, sólo vine a decirles que aprecien a sus familias... nunca sabemos cuando podrían irse. Quédense en casa y disfruten de su tiempo con ellos lo más que puedan, mucha gente desearían tener ese tiempo ahora.

Y para los que están solos en sus casa (o los que se sienten así). Siempre hay alguien que se interesa en ustedes, pero tienen que buscarlo bien.

Saludos especiales para los Ecuatorianos, les deseo toda la suerte del mundo.

Que tengan buena lectura.




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