Un Viaje de Tres

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(Dororo, Dororo, Dororo) eso era lo único que podía pensar mi mente, su nombre resonaba en mis oídos, cada vez que lo decía era imposible detener las mariposas en mi estómago. Recordando la primera vez que nos conocimos, la impresión que me causó fue un reseteo a toda mi vida, los rencores, dolores, envidias del pasado quedaban en blanco cuando aparecía en mi mente, solo podía verla a ella.

¿Cómo era posible que existiera una mujer así? Tan diferente, complicada, libre, un poco inesperada, alguien que no se puede tratar fácilmente, me gusta, quería hablar más con ella, quería toda su atención, la quería para mí.

-Tahomaru.... Oye ¿me escuchas?

La voz exigente de mi hermano me obligó a salir de ms mejores pensamientos.

-¿estas poniendo atención al camino?

-sí, si claro...

Me sostuvo una mirada algo incomoda e inconforme pero al final lo ignoró, parece que quería adivinar si algo me pasaba, no lo culpo, he estado muy distraído estos días y el solo se preocupaba por mi como hermano mayor... Hyakkimaru querido hermano, esto me dolió mucho pero... no tenías idea de cuánto te había escondido, es difícil engañarte y creo que solo yo por ser cercano a ti he sido el único que finge que todo está bien y hacer que te lo tragues, no solo eso, todas mis mentiras, así ha sido desde hace tiempo, así crecimos y prefiero que se mantenga de esa forma por mucho tiempo, de ser posible hasta la tumba.

-¿Por qué de la nada decidiste venir conmigo hermano?

-olvide entregarle esto a Dororo, con toda esta semana ocupada no había podido dárselo.

Sacó de su bolsillo un... ¡el pañuelo de conejitos! El que le dio con los manju, lindo detalle de Dororo. Hyakkimaru lo veía con cierta ternura, ponía de vez en cuando una expresión interesante ¿así que era por eso? supongo que Dororo le dio una ventaja sobre mí, aunque realmente no me sentía inseguro

-oh vaya ¿lo mandaste a lavar?

-sí, no podía devolverlo con el olor de la masa

-estará feliz de recuperarlo, que buena persona eres

-no es para tanto, solo regreso lo que no es mío

Eso... Hyakkimaru, es lo que más odie de ti, o una de las muchas, eras tan hipócrita, incluso más que yo ¿Cuándo has tenido el detalle de regresar las cosas o algo parecido? Y encima lo mencionaste como algo que te enorgulleciera o lo hubieras hecho toda la vida, enserio, deja de hacerlo, me revolvía el estómago.

Por fin llegamos a casa de Okowa, quien gracias al cielo entretuvo a Hyakkimaru, dejándome el paso libre, me quede en la sala esperando a que esos dos entraran, unos rápido pasos llamaron mi atención, Dororo estaba bajando las escaleras, me saludó enérgicamente... y

Creí que estaba viendo a alguien completamente diferente, conocí a Dororo con un aspecto común y eso había bastado para que me gustara. No mentía si dijera que estaba viendo a una princesa, el color amarillo inmediatamente se volvió mi favorito, en especial en ese vestido. No dejaba de sonreír y ese orgulloso caminar que parecía característico de ella solo aceleraban mi pulso. Hyakkimaru, no quería que vieras.

-hey ¡Tahomaru¡ ¿Cómo estuvo su semana?

-normal y aburrida, como siempre... veo que la tuya fue todo lo contrario ¿no?

-ni que lo digas, ha sido agotador, pero aun así la extrañaré

-me alegro que te hayas distraído ¿te sentiste sola?

Bajó la mirada algo apenada, que hermosa era y sus mejillas rojas no tenían precio, no creo que fuera el único que quisiera pelllizcarlas

-al principio... estaba algo nerviosa, es que era demasiado lujo, modales... y Okowa se encargó de llenar mi mente por completo, lo agradezco, pero viéndome bien, creo que estas prendas no son para nada lo mío, no estoy acostumbrada

Intrigante JuventudDonde viven las historias. Descúbrelo ahora