Parte sin título 3

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Ya estaba anocheciendo y decidimos abrir la parte trasera de la furgo para cenar. En ese momento, vemos que por arte de magia, se empieza a mover un árbol de una manera muy brusca y lo que inquietaba más, era que no hacía nada de viento y, si lo hiciera, el aire no podía ser tan fuerte como para mover un árbol de tal manera.


Uno de mis amigos se acercó para ver que pasaba exactamente y justo cuando se acercó, el árbol paraba en seco. Volvió sobre sus pasos y se volvió a mover. Regresó y el árbol volvió a parar. Así unas dos veces más. Entre todo esto, pendientes de aquel árbol, escuchámos lo que nos parecía a todos, el llanto de un bebé, proeniente del interior de la iglesia. Nos quedamos petrificados y, al reaccionar, guardamos todo en el vehículo, cogimos las linternas y nos pusimos a investigar. Como estábamos muy rallados, a excepción de mi padre, que llevaba un poco mejor el tema, por lo que acabábamos de escuchar, decidió entrar en la iglesia para poner las grabadoras. Le seguimos, pero al salir, entre nuestras voces, escucho una voz no conocida. Me rallé más de lo que ya estaba y grité: "¡CALLÁOS!". Justo ahí, cesaron las voces, y se pudo oír claramente como una que no era nuestra, susurraba muy cerca y en pequeños susurros: "BROOKE". Me entró un ataque de ansiedad terrible.

Mientras, a unos pocos metros de la furgoneta, mi padre empezó a gritar: "¡EHH!, ¡¿QUÉ HACES AHÍ!? ¡SAL, QUE TE HE VISTO!" e instantáneamente, cogió un palo y se acercó a la furgoneta. Mirámos hacia la osición de mi padre y a unos pococs centímetros de él, visualizamos a un hombre alto, vestido de negro. Todos pensamos que nos iba a robar, por el hecho de que estaba muy cerca de nuestras cosas. Aquel extraño hombre, apareció de la nada y se fue a la nada cuando nos acercamos. Literal. Desapareció. Se esfumó.

Ésta vez me entró un ataque de pánico y mi padre le pidió a Liz, que me acompañara adentro de la furgoneta a intentar tranquilizarme. Estaba demasiado asustada. No quería ver ni oír nada. Ella intentaba que me relajara. Estábamos en los asientos de atrás. Yo tras el del copiloto y ella tras el piloto. En aquel instante, me dio por mirar por la ventana del piloto y volví a ver al mismohombre de antes. Ahí de pie. Sin cara. Solamente vestido con un  traje negro. Parecía literalmente un dementor de los de Harry Potter, pero sin la capacidad de volar. Grité: Grité muy alto, tapándome los ojos. Liz no tenía ni idea de lo que me pasaba. Le dije que mirara desde mi perspectiva hacia la ventana del piloto. Se me echó encima. En esos segundos de angustia, deseé que dijera: "No hay nada" , pero en ese momento empezó a gritar el nombre de mi padre y mis amigos, que en ese momento estaban quitándo las grabadoras de la iglesia. Liz y yo no fuimos capaces de levantar la vista hasta que oímos los pasos de los chicos y sus voces gritando:"¡¿QUÉ PASA!?".

Al darse cuenta, arrancamos la furgoneta y salimos pitando de aquel pueblo maldito. Nosotras estábamos literalemte llorando. Era el peor sute que nos habíamos llevado las dos.

Salimos de Tarragona, y en la autopista, mi padre y uno de mis amigos, decidieron sacar las grabaciones para escucharlas: Tuvimos que desviarnos de la ruta del camino de vuelta a casa para parar. Era imposible, pero real. No podíamos creer lo que estábamos oyendo. En las psicofonías se oían cánticos cristianos dentro de la iglesia.

No olvimos a pisar Marmellar. No lo hemos paado peor en nuestras vidas. Desde luego, fue una experienia innolvidable y aterradora. No volví a investigar ningún suceso paranormal jamás.



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