Hubo una vez una chica solitaria e infeliz que había sufrido tanto en pocos años de vida, fingía la mayor parte del tiempo, de ella decían que era la persona más alegre del lugar pues nunca la habían visto llorar, sola y triste en un mundo lleno de...
Era una de esas oscuras noches, que temen caminar de regreso a casa aquellas personas bien posicionadas o a los que con el paso del tiempo lograron tener algo estable y, estan aquellos a los que la vida no les sonrió favorecedoramente y su único refugio son las sombras, cuando la tragedia atacó a una familia conocida por todos en el pueblo como una buena y amable familia, donde pasaran eran saludados con sonrisas, abrazos o apretones de mano.
La familia Stone, a pesar de ser de buena posición social, eran modestos, humildes, amables y su reputación estaba por los aires pues nunca se los vio menospreciar a nadie, y los habitantes del pueblo West End - Portland, eran una familia de 4, cuyo padre era la figura pública y representativa del pueblo entero, pues como alcalde era reconocido a donde vaya, pero lo que más hacía popular a esta familia era la hija pequeña de los Stone, la adorable Rosselly Stone de solo 6 años, a pesar de ser muy inteligente sus ojos bicolores llamaban mucho la atención de todo West End, nadie sabía de quien heredó tan peculiares ojos.
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Sin embargo, esa noche todos veían con tristezas, lágrimas en sus ojos y mucha desesperación como aquellas infernales llamas se alzaban cual edificios o rascacielos sin que ellos pudieran hacer algo para apaciguar aunque sea un poco de aquel incesante calor de las llamas.
Nadie había podido salir de la casa durante el incendio, todo se quemaba con rapidez desconcertante para los presentes que después de muchos intentos por apagar llamas infernales de la casa dejando a su paso solo escombros y cenizas de lo que una vez fue una hermosa casa y un acogedor hogar de la familia más respetada del pueblo.
Pero lo que nadie sabía era que al final de todo el gentío oculto entre las sombras más oscuras y espesas de la zona estaba escondida aquella persona que inició con todo el macabro espectáculo de llamas infernales sobre la casa de los Stone, ocultando su identidad bajo la capucha de una sudadera negra y con una espeluznante sonrisa observaba como se quemaba la fachada de la casa dejando solo cenizas, pero ni siquiera aquella persona pudo prever que no todos los integrantes de la familia se encontraban dentro...
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