Esqueletos en el armario.

Esqueletos en el armario. / Capitulo Unico.

Ahí está un niño. Ligero y manso, apenas es mas que su piel y huesos, y nada en los pliegues de una camiseta gris maltratada y unos pantalones doblados en el dobladillo tres veces.

Un mechón de pelo negro salvaje se asienta sobre su cabeza con una cicatriz de relámpago y brillantes ojos verdes. La clase sabe exactamente quién es.

 Pero él es una pequeña concha de huesos huecos y es un horrible choque de realidades. 

Hay susurros y risas confusas, pero no hay palabras para reaccionar ante la extraña criatura ahora frente a ellos. 

El estado de conmoción de la víctima del boggart también congela a la audiencia en su lugar, como si se tratara de una congelación compartida que detiene al mundo en su camino.

Pone los dedos en sus labios con una sonrisa burlona tan escalofriante que es difícil conciliar al niño pequeño frente a ellos con la imagen de su propio compañero de clases. 

"Shhhh...", dice, sonriendo salvajemente, "Tienes un secreto, ¿no? Uno que nadie sabe. Y ellos no pueden saberlo, ¿verdad?" 

Su voz suena en una melodía, burlona y cruel, "¡Porque nunca lo dirás!"

Es una vista inquietante ver a un niño maltratado lucir tan trastornado. Es una mezcla de locura y depravación que deja la piel con un hormigueo y el estómago vacío de miedo.   

Pero la voz del boggart es quizás la parte más escalofriante de todo. Combinado con su contenido vicioso, es una combinación indudablemente horrible que rechina en las orejas. 

"¿Qué crees que dirán sobre ti una vez que lo sepan? ¿Qué crees que dirán cuando cuando escuchen que el Chico-que-vivió tiene miedo a sus parientes muggle? ¿De verdad crees que podrían salvarte de tu alacena? Les tomó diez años para eso, ¿no?"

"Ri-riddikilus", intento el chico mayor, pero no hay poder detrás de su varita y palabras temblorosas. La sorpresa lo aturdió en poco menos que una estatua petrificada. 

"¡Eres un bicho raro y ni siquiera lo saben!" se burla con una risa, "¿Pensaste qué les importaría? ¡No eres más que su Chico dorado, no es a ti a quien le importa! ¡Fuiste sinceramente tan patético como para pensar que tendrías amigos para alguien como tú!" 

La cosa pequeña y frágil de un niño mira hacia abajo casi reflexionando por un momento, antes de esbozar una sonrisa salvaje y enfrentar al aturdido salón de la clase, "¡Sé exactamente qué mostrarles! ¿Te gustaría ver la verdad sobre el Niño-Que-Jodidamente-Vivio?"

El boggart levanta su camisa triunfalmente ante los gritos de horror de la clase. Las costillas se destacan como cuchillos afilados que cortan la piel moteada de moretones; el es un simple esqueleto de un niño golpeado.

Se inclina hacia adelante y realiza un susurro extravagante en el escenario como si realmente estuviera conspirando con los estudiantes por una travesura inocente: "Esto es después de casi tres días en mí alacena sin comida. Le puse el cabello azul a mi maestro y mi querido Tío Vernon pensó que ¡Mi locura necesitaba el extremo de la hebilla de su cinturón y las zapatillas de deporte de su querido Dudley hasta las costillas!"

El boggart se vuelve hacia la salida cara de Harry Potter y frunce el ceño exageradamente.

"Oh, lo siento. ¿Era un secreto? ¿Uno que no quisiste contar?"

De repente gruñe desagradablemente y avanza un paso. 

"¡Bien, monstruo! ¡Supongo que no sabríamos que fueras un monstruo tan anormal! ¡Incluso para los magos eres un monstruo! ¡Nunca puedes ser normal! ¡Nadie quiere que!" 

El niño frente a ellos de repente se transforma en una salida luna llena y luego...

"¡RIDDIKILIUS!"

-Sopla como un simple globo.

El otro chico, el verdadero, esta pálido y temblando de ansiedad.

Girando de repente, tropieza con sus extremidades larguiruchas mientras corre a través de la aturdida quietud del aula completa. 

Hay un silencio y un temor tan profundo que las personas en la sala parecen sofocarse. Y luego...hay caos. Torpe y ruidoso. Voces vividas resuenan como las campanas, claras y nítidas pero borrosas por su mezcla. 

Hay culpa, hay preguntas y, en lo más profundo, hay negación. Pero solo son intentos poco entusiastas para enfrentar su conmoción.    

No son estupidos. Ellos saben lo que esto significa. Pero, no hace que sea más fácil de aceptar. 

El profesor no puede permitir que hablen de ello; No puede permitir que se extienda. Entonces, da un discurso sobre la confidencialidad, incluso si sabe que puede ser inútil. 

Y así, naturalmente, toda la escuela sabe a la hora de la cena, en la que el niño está incriminatoriamente ausente. 

El mundo se queda quieto con un aliento colectivo, hasta que ... no hay razón para creer que se les esta mintiendo. 

Harry Potter fue abusado. 

El niño no viene a desayunar pero se dirige a su primera clase. Hay miradas y susurros que lo siguen, junto con la extraña ovación de apoyo, pero nadie se atreve a acercarse a él. 

El niño mira severamente a su alrededor, como si los estuviera desafiando a decir algo. 

Pero, no hay palabras para decir, y los espectadores, acobardados, se retiran. 

Su tensión tenso los hombros caídos en alivio. No esta listo para la confrontación o las preguntas inevitables y los estudiantes no son lo suficientemente estúpidos como para presionarlo. 

Aun así, la respuesta sigue siendo tan sólida como antes y sofoca a la escuela en su inmensidad. 

Se abuso de Harry Potter y el circulo hizo girar las verdades que creían  haber sabido de él y estar en ruinas detrás de los párpados cerrados. Los susurros de un niño pequeño, medio muerto de hambre y golpeado, revolotean en los oídos y entran en la mente de cualquiera que escuche.

Los pasillos están obsesionados por los ecos de telarañas en el armario durante días. 

El armario, en sí mismo, esta vacío y abandonado, como la concha del niño que vivía allí. Debido a que Harry Potter ha sido tantas cosas y ha cambiado las pieles tantas veces solo para sobrevivir, que siempre será solo un esbozo de hombre, nunca el producto terminado. Siempre sostendrá una parte de su esqueleto con los huesos rotos del armario. 

Aunque se ha llenado de polvo desde que entro a Hogwarts y de su hogar, todavía quedan algunas astillas de su alma en esa habitación polvorienta debajo de las escaleras.