Esta historia es sobre mí misma.Contada después de la tempestad.Años buenos, pero también, años malos.Años horribles, sucesos horribles.
Basada en hechos reales, insertándole también un poquito de esa magia proveniente de mi imaginación.
Sin miedo.Sin miedo a existir, ni a morir.
Sin sufrimiento.Sin manipulaciones.
Sin humillaciones.Sin burlas.
Sin ese dolor que me comía por dentro.
Me pudría, me descomponía totalmente como si de un cadáver se tratara, pero mientras estaba viva.
Me pudría, por dentro. Lentamente.
Nadie ni nada iba a salvarme.
No es que estuviera sola, pero precisamente la peor soledad, es aquella que sientes cuando hay gente, pero no se para a escucharte.
Entiendo que las personas necesiten su espacio, su tiempo.
Pero lo que me da coraje es que la gente cuando ve que tienes una enfermedad mental, cree que actuando como si no la tuvieras es como único mejorará.Pero no es así.
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Hola a todos.
Voy a hacer un inciso en mis historias, pero ahora que se tiene más tiempo que nunca en esta cuarentena, pues bueno, aprovecharé bastante para intentar inspirarme y retomar de nuevo las historias pendientes.
Quiero escribir esta historia, va sobre mí.
Sobre todo porque esta historia hace años que quise escribirla y no pude seguirla puesto que se me perdió.Espero que todos estén bien y tengan buena salud.
Marisol.
