V: Primer Beso

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Chillidos de emoción salían de mis labios mientras me colocaba mi mejor ropa de colores brillantes y vivos.

Estaba super feliz. Por primera vez en mi vida visitaría el parque de diversiones junto a Kacchan, quien se daba una refrescante ducha.

Mi felicidad desbordó tanto que, cuando Kacchan dijo que me llevaría al lugar al que siempre quise ir, grité. Grité con todas mis fuerzas hasta que me quedé sin aire. Después llené de besos su rostro, sin llegar a tocar sus labios.

Peiné mi larga cabellera verdosa que llegaba hasta mi espalda, y con una liga naranja tomé mis cabellos y me hice una coleta baja que estuviese a mi lado derecho. Me puse un short negro que tenía una flor en el bolsillo trasero del lado izquierdo, dejando al descubierto mi cortas piernas. También tenía un juego de cadenas delgadas que pasaban donde se suponía que debería ir el cinturón. Mis pies fueron cubiertos por unas calcetas negras, y estas a la vez eran cubiertas por mis zapatos rojos favoritos. Para mejorar mi conjunto de ropa me coloqué una bufanda a cuadros negros y azules que cubrían mi cuello y parte de mi barbilla.

—Mi cabello está un poco largo... —Me quejé cuando me acerqué al espejo de cuerpo completo que Kacchan había comprado para mí.

"Esto es para ti. Para que veas lo hermoso que te pones cada día."

Tomé mi bufanda entre mis dedos y cubrí mi boba sonrisa y parte de mis mejillas sonrojadas.

Él... Es muy bueno y amable conmigo. Todos los días me trata bien, me consciente y me dice palabras bonitas que me hacen sonrojar y avergonzarme. Definitivamente seré muy feliz a su lado. También quiero hacerlo feliz.

¡Ya quiero casarme con él y tener muchos, muchos bebés!

Tomé dos pasadores del cajón de la mesita de noche y me las puse en mi cabello para que mi fleco no molestara mi visión. Realmente había crecido en este lapso de tiempo que he estado con Kacchan. Si mi cabello creciera cuatro centímetros más, tocaría mis codos.

—Ya salí del baño.

—Si no me dices no me doy cuen... ¡Ah!

¡Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios, Dios...! ¡DIOS!

Kacchan salió completamente desnudo. Bueno, casi desnudo, pues tenía una pequeña toalla tapando su p-p-pe-pen... "Eso".

Corrí a la velocidad de la luz hasta la salida, cubriendo mis orbes verdes con las palmas de mis manos. Con la sangre acumulada en mis pómulos y los gritos seguramente los vecinos se espantaron.

Sentado en el sofá de cuero negro abrazaba mis piernas y escondía mi rostro en el hueco que formaban mis rodillas intentando calmar mi nerviosismo.

¡DIOS! Casi lo veo desnudo.

No me dí cuenta de cuanto tiempo transcurrió, pero sabía que eran sólo unos minutos cuando Kacchan me habló con una media sonrisa para que fuéramos a nuestro destino a la hora exacta que habíamos acordado: las cuatro de la tarde. Según él, para no estar en el ardiente sol que parecía que derretía a las personas e incluso hasta las casas.

Tomamos un taxi que nos llevaría directamente hasta el parque de diversiones que tanto anhelo. Estaba impaciente por subirme en cada uno de sus gigantes juegos. Realmente no sé cómo se llaman, pero eso era lo de menos. Tenía a m-mi novio Kacchan a mi lado. Si estoy con él nada me pasará.

Miraba todo a través de la ventana del auto. Observaba edificios realmente enormes, estatuas muy hermosas y extraordinarias; gente yendo de un lugar a otro, algunos yendo al trabajo, con sus hijos, de regreso de compras o con sus amigos.

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⏰ Última actualización: May 16, 2023 ⏰

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