Ron pudo haberse ido a casa hace casi dos horas, y lo habría hecho si fuera otro día, pero el miércoles ya tenía mucho tiempo siendo exclusivamente para él y Harry así que no tenía el corazón de romper la tradición.
Desde que Harry había sido ascendido a jefe de los aurores (el más joven en la historia), un par de meses atrás, se le había multiplicado el trabajo por diez, y por si fuera poco, su pequeña Lily Luna tenía dos meses de haber nacido, aún después de todo eso seguía teniendo tiempo para su amigo.
Ya había comenzado a jugar con su varita montándose un espectáculo de luces personal, cuando escuchó la voz de su mejor amigo y sus pasos retumbando en el piso del ministerio:
-¡Ya terminé! -gritó y le mostró su característica sonrisa de medio lado. Se veía cansado y Ron notó que no estaba corriendo a su encuentro como normalmente lo hacía.
-Te ves mal, amigo. ¿Quieres que lo dejemos para otro día?
-Nah -respondió e hizo un movimiento con la mano, restándole importancia-. De todas maneras tengo que recuperar fuerzas para mis niños, a veces llegó y tienen demasiada energía.
Ambos rieron. Ron rodeó los hombros de Harry con su brazo y comenzaron a caminar.
-Si uno es difícil, no me quiero imaginar lo que son tres -comentó Ron, divertido-. Y más Lily ¿cuánto tiene?
-Dos meses, Ron -Respondió Harry, rondando los ojos con diversión-. Pronto vas a saber lo que es tener dos niños en casa.
El pelirojo fingió haber recordado algo repentinamente.
-¡Es verdad!, gracias Harry. No sé que hubiera hecho si no me lo recordabas tú...¡Ah ya sé! me lo hubiera recordado Hermione a gritos. Tal vez Ginny, mi madre. Fleur talvez...
-La ví ayer en la madriguera, le compré algunos dulces muggle. Su humor no está en el mejor momento.
Recordó con diversión el día anterior, si no le hubiera dicho a la señora Weasley "lo siento, si como más creo que explotaré." no habría recibido un golpe en la parte trasera de la cabeza por parte de Hermione. Según su punto de vista, el comentario no había sido tan grave.
-Sí me contó que te vio, también se enojó conmigo porque según ella nunca le compro nada.
Harry se pasó la mano por el cabello y soltó una carcajada.
-Lo siento. -dijo con falsedad.
Ya tenían su rumbo fijado desde hacía tres años, nunca se cansaban de ese lugar. Caminaron quince minutos más y terminaron sentados en desgastada banca de parque, comiendo hamburguesas y bebiendo refresco.
-Esta comida muggle es genial. -dijo Ron antes de llevarse media hamburguesa a la boca.
-Son geniales -concedió Harry-. De verdad amo éstas hamburguesas.
Antes de que James naciera, el par de amigos acostumbraba pasar un buen rato sentados en los taburetes de un bar cercano al ministerio, el cual había sido fundado por el esposo de una de sus compañeras auror; ya con la nueva etapa de padre de Harry decidieron comer algo más normal, solo para competir con las tardes de té que Ginny, Hermione y la señora Weasley compartían en la madriguera.
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Perdóname, hermano
FanficHarry, Ron y Rose se encuentran en una situación que podría terminar con sus vidas. Harry se hace el héroe y Ron deberá elegir entre su hija o su amigo.