ut obvious.

interdum eget;

Cuando la educación empezó a ser contemplada de manera "pública" (sólo las clases altas podían pagarla), el sistema ya establecido con los objetivos y aspiraciones definidas para cada sexo indujo a planear un modelo de educación orientado sólo para hombres³, pues al final eran los únicos que iban a necesitar esos conocimientos.

Así, bajo este criterio, se empezaron a desarrollar una serie de prejuicios aunados a los ya establecidos, sobre la capacidad de cada sexo y sus limitaciones.

Por ello, no entendiendo cómo, habiendo un cambio político por la igualdad universal, la mitad de la población quedaba excluida, en 1791, Olympe de Gouges publica la Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana (de Gouges, Olympe, "Déclaration des Droits de la Femme et de la Citoyenne", 1791), siendo la primera voz pública reconocida que abogó por las ideas de igualdad / equidad de género.

Más adelante, Mary Wollstonecraft (madre de Mary Shelley, autora de Frankenstein), publica la Vindicación de los derechos de la mujer (Wollstonecraft, Mary, "A Vindication of the Rights of Woman: with Strictures on Political and Moral Subjects", 1792), donde declara que las diferencias entre el hombre y la mujer no son algo natural, sino cultural, con el objetivo de abogar por el derecho a la educación.

Es de esta manera que surgen obras que contribuyen a levantar la voz en el ámbito público. Por ejemplo, una conferencia que dio Virginia Woolf en 1929, publicada bajo el nombre de A room of one's own, donde le pidieron hablar sobre la mujer y la novela.

Virginia explora distintos aspectos sobre esta propuesta, especulando con escenarios en ese momento ficticios (sobre mujeres tomando actividades comúnmente reservadas para hombres).

Habla sobre las limitaciones de las mujeres en su época en cuanto a publicar trabajos y tener éxito en el área creativa del mercado, además de los prejuicios y roles que asume la sociedad a la hora de juzgar a una persona, magnitud que irremediablemente recae sobre el valor que perciben en sus obras. Woolf menciona que, si eres mujer, necesitas tener dinero y una habitación propia para poder escribir⁴.

Para mí, siguen siendo un misterio las verdaderas razones que pudo tener para concluir su trayectoria, más allá de la carta de suicidio y el río Ouse.

El feminismo es algo más que un concepto, definiciones y contexto histórico. Si realmente vamos a entender al feminismo, tenemos que considerarlo desde el lado humanista, por encima del mecánico. Otro de los grandes problemas, tanto en la antigüedad como en la época actual, ha sido (y sigue siendo), la falta de información, o la divulgación de información errónea y manipulada.

Desde sus inicios hasta la actualidad, ha resultado un tema que despierta polémica donde se presenta, ¿por qué resulta tan difícil escuchar?

A modo de definir el feminismo, Nuria Varela menciona:

El feminismo es un discurso político que se basa en la justicia. El feminismo es una teoría y práctica política articulada por mujeres que tras analizar la realidad en la que viven toman conciencia de las discriminaciones que sufren por la única razón de ser mujeres y deciden organizarse para acabar con ellas, para cambiar la sociedad.

Partiendo de esa realidad, el feminismo se articula como filosofía política y, al mismo tiempo, como movimiento social. Con tres siglos de historia a sus espaldas, ha habido épocas en las que ha sido más teoría política y otras, como el sufragismo, donde el énfasis estuvo puesto en el movimiento social.

(Varela, Nuria, "Feminismo para principiantes", 2005)

Continúa...

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P I E S D E P Á G I N A

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³ Es decir, sólo para el uso de varones.

⁴ Esta frase es interpretada de manera general para los ámbitos laborales, la competencia del mercado, roles sociales, etc. En el libro, Virginia Woolf compara distintos empleos, como el de niñera o un obrero, y se pregunta si uno vale realmente más que el otro, y si algún día esos empleos serán para cualquier género. Más información en: Una habitación propia (Woolf, Virginia, "A room of one's own", 1929).

Karla Escamilla © 2020