•| yoonmin |•
Park Jimin había perdido a su esposo, pero tal vez su esposo no quería perderlo a él.
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† Portada hecha por @BitchBlessed_
† Yoonmin AU
† Los personajes están inspirados en Park Jimin y Min Yoongi del boygroup BTS; ésta es una his...
Park Jimin aún no había superado la muerte de su esposo.
Habían transcurrido trece amargos meses desde aquel fatídico día, y no hubo un sólo instante en que no llegaran a su memoria varios momentos que vivió con él; como la calidez de su risa que resonaba en los rincones de aquel departamento en New York que rentaron en sus últimas vacaciones, o la manera en que acariciaba a su perro Holly acostado en su regazo mientras observaba el ocaso por la ventana, o aquella manía de que sobaran su abdomen..., en fin, cientos y cientos de pequeños detalles sobre él que llegaban a su mente.
A cada segundo que pasaba, Jimin sentía que lo extrañaba más y más, sobre todo cuando veía los anillos que solían adornar los dedos de Yoongi encima del tocador, junto a la pulsera de oro blanco que le obsequió en Navidad.
En su última Navidad.
Soltando un profundo suspiro, el joven empresario comenzó a andar con paso lento y cansado, adentrándose a su armario, deseando despojarse de aquel traje sastre que se veía obligado a usar para su trabajo.
Eran cerca de las diez de la noche; estaba hambriento, agotado, y lo único en que podía pensar era en que su cama estaría fría. Y vacía.
«Como en los últimos trece meses», pensó con desazón.
Arrojó sin cuidado su vestimenta en el cesto de ropa sucia, se quitó los zapatos casi con violencia y salió a grandes zancadas de aquel terrible —y enorme— armario que había diseñado su esposo para él cuando decidieron vivir juntos.
Al sentarse en el borde de la cama, tomó la fotografía que descansaba en la mesilla de noche de su lado derecho y se quedó por minutos admirándola, derramando abundantes y silenciosas lágrimas que recorrían presurosas sus mejillas.
Eran ellos dos el día de su boda.
Yoongi se veía tan apuesto en aquel traje negro azabache, con su cabello perfectamente peinado, con una enorme sonrisa que mostraba su dentadura blanca y sus encías rosadas a la cámara, abrazándolo fuertemente e irradiando felicidad.
—Te extraño tanto, Yoonie —sollozó, acariciando el retrato—. Me haces una falta inmensa, desearía que estuviéramos juntos.
Jimin se recostó en su cama, abrazó el retrato y comenzó a llorar sonoramente, empapando su almohada. Después de un tiempo indefinido, perdido entre sus recuerdos y el llanto, se quedó profundamente dormido.
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Esa noche soñó con él.
Aquel sueño le resultó curioso, y un tanto apabullante. El ambiente en el mismo era oscuro, pesado, le costaba respirar el aire y los vellos se le erizaban debido al frío que sentía.