la luz

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Aquella luz al final del túnel, algunos le temen, otros la siguen, yo en cambio solo observó, han pasado tantas personas, animales, e incluso seres deformados por su propia codicia por aquel túnel, aquel que me enorgullezco de llamar mio.

No diré mi nombre ya que ustedes lo sabrán tarde o temprano, por ahora seguiré con mi historia, aquella historia de el único ser que ha llamado mi atención.

En lo que ustedes llamarían mundo era una noche tranquila, no había lluvia y como siempre los perros y animales se callan al sentirme, ahí mientras tomaba un descanso observé a un joven, aquel joven solamente estaba sentado, no hacía nada, al comienzo no le tome importancia y seguí con mi camino, horas después, cuando ya decidí que era hora de seguir con mi trabajo (no lo mencionaré, no tienen porque saber) me encontré con este joven de nuevo, misma posición, mismo lugar, y todo exactamente como estaba en primer lugar, el día siguiente llamado por la curiosidad simplemente volví, el muchacho, estaba ahí de nuevo, no lo creía, aquel chico no se movía, así seguí volviendo en mis tiempos libres a observarle, no lo comprendía, un día decidí tomar uno de los cuerpos de emergencia y lo fui a ver, se que se dio cuenta de mi pero no volteo a mirarme, solo siguio mirando estoico al mismo lugar, aquel lugar distante, le pregunté si podía sentarme con el, supongo que accedió ya que lo único que hizo fue responder con un monótono sonido de garganta, al estar ahí no sentí nada, después de repetir está rutina varios días después le pregunté si el dormía en aquel lugar, el por primera vez me dirigió la palabra, solo me dijo que se iba tarde y volvia temprano de su casa, aprovechando que hablaba, le pregunté la razón de estar sentado ahí, en aquel lugar, siempre mirando el mismo punto, solo me respondió que la palabra razón no se podía llevar a todo, y que el no miraba el mismo lugar esperando algo o buscando algo, sino, recordarlo, el me contó la historia de un hombre y su amada, le preste tan poca atención, que no me acuerdo ya, lo único que recuerdo fue que estaba llorando, aquel hombre estoico que estaba todos los días ahí, estaba llorando, me dijo que el sabía quién era yo y que eso solo significaba una cosa, el momento de pasar por mi túnel ya había llegado, yo solo me levanté y le dije que ya no importaba, el solo me miro y me dijo, que de lo único que se arrepientia era de no haberme  conocido antes o más bien, de no haberme visto cuando un incendio ocurrió, la verdad he visto tantos accidentes que recordar a cuál se refiere es imposible para mí, pero lo que si se, es que aquella historia, supongo que era el, volveré a preguntarle la historia cuando nuestros caminos se crucen de nuevo, ya que tarde o temprano, todos vuelven a mi túnel para ver de nuevo la luz, aquella luz que todos alguna vez, ya han conocido

cuentos cortos de un hombre depresivoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora