En el café.

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"Levanté la vista en busca de alguien. Percibía la mirada de algún ser caer como dardo sobre .
Por distraída ensucio mi libro de Foucault.
La última mesa. El chico con chaqueta color ladrillo. Sonrisa infartante, ojos claros a la luz.
¿Sammy Wilkin...no puede ser.
No, no es él.
Reí de mis alucinaciones y volví al libro. Ya no podía concentrarme.
Cada tanto lo espiaba.
Terminé el capuccino, tomé mis cuadernos y el pequeño bolso y empecé a caminar hacia la entrada.
Estaba contemplando su sonrisa, me deleitaba con la risa que entonaba en carcajadas luego de oír a sus amigos y como sus ojos se achinaban en su cara.
Y por ello... PAF! Ruido de botellas, tazas y platos rotos que caían al piso. Me choqué con la mesera y ambas caímos al piso, bañándonos en cafés, de distintas variedades destinados al grupo de ancianas en el rincón sumado con los bizcochos y las tartas, también para ellas.
Era un hazmerreír andante. Corrección: estable. No podía pararme en mis tacones, ni estabilizarme. Me patinaba de todas partes.
Ya no recordaba mis libros en este punto. Estaban hechos un asco seguramente.
Abrí los ojos y lo , sobre . Intentaba levantarme y yo como una estúpida me quedé mirándole.
Cuando la escena terminó y las risas se apagaron, él estaba esperándome en la puerta del baño de mujeres. Me quité toda la crema chantilly y el mouse rosa que decoraban mi vestimenta y el cabello. Hice lo que pude para poder no ser la burla del resto de la ciudad, que debía enfrentar a continuación de traspasar esa puerta detrás de la cual él me esperaba.
- Te llevo a tu casa, mi auto está estacionado afuera, ¿lista?- extendió su mano para tomar la mía y salimos del local.
Dentro del auto estaban mis libros y mi bolso, impecables.
-¿Cómo te llamas?- inquirió al subir al auto.
Temí decirle mi nombre.
-Liz...Lizzie. "

Wilkinson '95Donde viven las historias. Descúbrelo ahora