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Rabillo del ojo, labios rojos y su outfit favorito: un crop top morada y una falda negra de cuero. Estaba más que preparada para irse de fiesta, se dio los últimos retoques mirándose en el espejo y sonrió satisfecha con el resultado. Llevaba demasiado tiempo sin salir en condiciones y lo necesitaba más de lo que quisiera admitir.

Un toque al teléfono de Mai le indicó que ya estaban abajo así que cogiendo el bolso con todo lo necesario bajó con tal efusividad que casi tropieza por las escaleras que tenían más años que un cristo. El piso en el que vivía eran antiquísimo, pero era todo cuanto su estrecho bolsillo se podía permitir y tenía su encanto o, al menos, ella se autoconvencía de que lo tenía.

-Alaaa, Anajuh. Estás guapísima_Hugo se dirigió a ella para abrazarla.

No se esperaba que el cordobés se fuera a unir a su velada, pero lo recibió con ganas. Ambos habían quedado en empezar la semana que viene con el laborioso trabajo. Anaju tendría que acudir tres veces en semana para organizarlo todo. "Seremos un equipaso" le había dicho el chico en repetidas ocasiones.

Saludó a todos sus amigos, incluida Eva que también había incorporado, y se dirigieron a la discoteca.

La música retumbó en sus oídos haciéndola sonreír casi automáticamente. Cómo echaba de menos ese ambiente loco, incluso ella, siendo tan obsesa del control como lo era, necesitaba desemelenarse de vez en cuando.

Tras coger sus copas se lanzaron a la pista de baile con más ganas que nunca. Poco a poco fue notando el efecto del alcohol, con una bebida siempre solía ir ya más contenta de lo normal pero en esa ocasión llevaba tanto tiempo sin probarlo que fue una bomba, y así fueron cayendo unas copas tras otras hasta perder la cuenta.

La adrenalina la tenía por lo cielos, se sentía más activa que nunca. Sus amigos la miraban y se reían, ellos tampoco iban muy bien.

Notó como alguien le agarraba de las caderas por detrás, se giró para ver a un Hugo bastante tocado cantando a viva voz la Tusa de Karol G. Ella se unió a él y por un momento se sintió el centro de la fiesta aunque en realidad todos estuvieran igual que ellos. El chico se acercó de repente a su oído provocándole un cosquilleo en todo el cuerpo.

-No veas Ana Julieta, eres una bomba_susurró mientras la apretaba más contra su cuerpo.

La castaña abrió los ojos de par en par dándose cuenta de lo que el chico pretendía. Se separó bruscamente notando como todo el alcohol se le bajaba hasta la suela de los zapatos y lo miró en shock.

-Hugo...

-Vamos, Anaju... No seas aguafiestas_replicó el chico tirando de su brazo para acercarla de nuevo_No haremos nada que no quieras.

Y, por una vez, dejó todas las vocecitas de su cabeza de lado y se dejó llevar. Empezaron a bailar cada vez más pegados si era posible y de un momento a otro empezaron a comerse la boca como si no hubiera un mañana. Escuchó los gritos sorprendidos de sus amigos, sobre todo de Mai, pero pasó absolutamente de ellos, hasta que escuchó una voz en particular, una voz que la hizo separarse repentinamente.

Se giró para ver esos ojos azules analíticos posados en ella una vez más. Samantha los miraba cruzada de brazos con una expresión difícil de descifrar.

—H-hola_dijo Anaju torpemente sintiéndose muy avergonzada sin saber muy bien por qué.

Eva, agarrada a la cintura de la rubia como un koala, alternaba la vista entre ambas sin entender muy bien lo que pasaba. Y Anaju estaba igual. Samantha solo la miraba a ella, como si no existiera nada más a su alrededor y ella se esperaba ya lo peor. Seguramente iba a echarle una bronca por liarse con su hermano pequeño o algo parecido. O iba a asumir el papel de hermana sobreprotectora.

Destiny Where stories live. Discover now