"Y cayó sobre su rostro a los pies de Jesús y este era samaritano"
Lucas 17:16
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El sonido de su despertador hizo que abriera los ojos, tomó el aparato entre sus manos y observó que hoy era domingo, sonrió alegremente por qué hoy era día de ir a la iglesia. Se levantó con entusiasmo y se dirigió al baño para tomar una ducha.
El agua estaba a una temperatura aceptable por lo que decidió introducirse en ella. Se tensó un poco y comenzó a lavar su cabello, siguiendo continuando con todo su cuerpo. Cuando termino tomo la toalla que se encontraba a unos centímetros y la colocó alrededor de su pecho.
Se dirigió hasta su armario para poder elegir el conjunto que usaría ese día, se decidió por un suéter color rosa en tonalidad pastel, con una falda color blanco y unos converse del mismo color. Tomó el cepillo para poder quitar las imperfecciones que se hallaban en su cabello y miró su reflejo en el espejo para estar completamente segura de que en ella no se encontraba ninguna imperfección.
Bajo a desayunar una vez que escucho la voz de su madre llamarle, su familia ya se encontraba en el comedor. Su hermano SeokJin era quien debía comenzar la oración matutina, SeokJin no hablaba mucho y aunque le daba curiosidad conocer un poco más de él optó por no hacer ninguna pregunta más al respecto.
Terminaron de desayunar silenciosamente, salieron de su hogar exactamente a las 7:45 y una vez estando todos en el auto su padre puso su estación de radio favorita la cual no hacía nada más que hablar de Dios.
Tardaron exactamente quince minutos en llegar a la iglesia, bajaron del auto y todos caminaron coordinadamente para poder entrar ahí. Su madre saludaba alegremente a todas las personas que se encontraban ahí al igual que su padre, su hermano por el contrario se quedó sentado sin mencionar palabra alguna.
JiSoo miró a su alrededor observando a todas las personas que se encontraban ahí, sonrió al ver a NaeYeon. Ella era una chica realmente agradable y lo mejor de todo es que adoraba a Cristo con toda su alma, era como un ángel.
"¡JiSoo!" Saludó acercándose a ella. "¿Que tal todo?" Preguntó sonriendo.
"Todo bien" en su rostro se dibujó una sonrisa ladina. El padre se paró frente a todos y habló con un tono de voz alto "demos por comenzada esta misa" todos aquellos que estaban fuera de su lugar se vieron obligados a volver al mismo.
"Agradezcamos a Dios por este día" absolutamente toda la gente que se encontraba en ese lugar junto sus manos y se arrodilló comenzando a murmurar.
Segundos después todos volvieron a la posición inicial, "el día de hoy..." el sacerdote comenzó de nuevo a hablar pero la puerta se abrió bruscamente. Se podía ver una silueta delgada, todas las miradas estaban en ella y JiSoo no era la excepción.
Aquella chica caminó en dirección a una pareja que JiSoo nunca había visto, supuso que eran sus padres. Ella vestía con un pantalón de mezclilla y una blusa blanca ambos eran muy holgados pero algo que llamó su atención fueron sus tenis converse blancos exactamente iguales a los de ella.
La mujer mayor jaló el brazo de la castaña con gran brusquedad haciendo que se quejara un poco. El padre tosió llamando la atención de todos y prosiguió con lo que estaba en un principio.
La pelinegra podía sentir la mirada de la chica que apena había llegado, comenzaba a incomodarle un poco. Tenía curiosidad de saber quien era, pero estaba segura de algo.
Si llegaba tarde a la iglesia seguramente era una mala persona.
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