"¡Cuán delicioso es tu amor, hermana y novia mía! ¡Más agradable que el vino es tu amor, y más que toda especia la fragancia de tu perfume!" Cantares 4:10
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Había pasado un mes desde que fue la primera clase de piano que le brindaba a JiSoo, se habían hecho muy cercanas, a pesar de que no hablaban durante el horario de clases. Jennie no quería causarle problemas con NaeYeon por ende mantenía su distancia.
Observó a JiSoo durante todo el receso, estaba con sus "amigas" que la trataban horriblemente, siquiera la dejaban hablar. Lo noto por qué permaneció callada todo este tiempo.
Jennie ya tenía un plan para salvar a la más pequeña de esas chicas que la dañaban por qué no permitiría que ella se sintiera mal, cuidaría de ella tanto como le fuera permitido.
꒰───🍰·ٜ۬･
La pelinegra tomó su celular con emoción, sabía que aquella chica ya había enviado un mensaje preguntando si llegó bien a casa, se recostó en su cama y observó su celular, efectivamente había un mensaje ahí por parte de Kim Jennie.
Pero también había otro de su amiga el cual informaba que debía ir a la iglesia para hacer el aseo. Rodó los ojos y luego se regañó a sí misma por pensar en que era mucho trabajo y que iría otro día. Dios no merecía eso.
Se extraño un poco al notar que Jennie no había contestado su mensaje hace más de treinta minutos, eso le preocupo un poco.
Miró el techo de su habitación y observó la hora en la pantalla de su iPhone, eran exactamente las 6:30 pm.
Oyó un ruido raro en su ventana y casi se desmaya al notar a la chica de ojos azabaches sobre una rama del gran árbol que se encontraba frente a esta.
"¿Que haces aquí?" Preguntó asegurándose de que nadie se diera cuenta de la presencia de la contraria.
"Vengo por ti" JiSoo frunció levemente el ceño.
"Debo ir a hacer aseo a la iglesia" responde tímidamente.
"No creo que pase nada por tan solo un día que no vayas" sonríe al ver a la contraria mirarle.
"Puedo tener muchas consecuencias y no precisamente positivas" observó el mohín que se formó en los labios contrarios y rodó los ojos para después sonreír. "Solamente esta vez"
Jennie sonrió victoriosa "asegúrate de llevar una chaqueta y ropa cómoda" la contraria asintió. "Te espero abajo" guiño un ojo e intento bajar casi resbalando. "Eso no volverá a ocurrir" sonrió avergonzada haciendo reír a la azabache.
Pasados al rededor de diez minutos JiSoo vestía con una sudadera color gris holgada con pantalones de mezclilla del mismo color y sus tradicionales tenis blancos.
"Mamá iré a la iglesia" se despide y su madre le mira extrañada.
"No tardes mucho" la menor asintió y salió casi corriendo.
Divisó a la chica de cabellera café y sonrió al igual que ella. "Te ves bien" las mejillas de la chica de cabellera negra se tornaron de un color carmesí.
Ambas caminaron conversando. "¿A donde vamos?" Preguntó con curiosidad.
"A una fiesta" JiSoo casi se ahoga con su propia saliva.
"¿Que?" Pregunta anonadada.
"Lo que escuchaste, no me digas que nunca has ido a una" ríe con sutileza al ver que la contraria negó con la cabeza. "Tienes diecisiete años y nunca has ido a una fiesta, wow"
"No te burles y, además aún tengo dieciséis. Mi cumpleaños es dentro de dos meses" arruga la nariz haciendo que la mayor (por meses) vuelva a reír.
Jennie se detuvo bruscamente haciendo a la más pequeña fruncir el ceño. "¿Pasa algo?" Pregunta y ella niega con la cabeza.
"Siempre veo el atardecer, es como un hábito" dice y la contraria abre levemente la boca.
"Yo también" susurra y ambas se miran con una sonrisa dibujada en el rostro.
Esta sería una noche interesante.
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