Fragmentos en Pena

Capítulo II

16:16H
Viernes 28 de diciembre.
(Santa Española, República Capitalista)

Veo el reflejo del sol, a esta hora de la tarde solo apetece una bebida refrescante, como un café caliente, un té o un mate. Sinceramente siempre me ha apetecido probar un mate, no solo por la imagen literaria que aporta en cada libro que he leído a lo largo de mi corta vida. La mayoría preferiría un Frappé, Frappuchino, un refresco, una gaseosa, un beso con sabor a miel. Digo, la mejor sensación de dar un beso con sabor a miel, es que no diferencias el sabor que este tiene, solo te fijas en que te están besado, y sabe bien, mayormente el sabor a miel lo tiene la Oxitocina que te provoca.

La mayoría de personas nunca recapacita en las sensaciones que te dejan y provoca un beso.
Tantos tipos de besos que existen y demos o recibimos a diario:
Pícaros, maliciosos, tiernos, suaves, dulces, amargos, de los que te roban hasta las palabras.
Yo soy fan de los que te hacen saber que están ahí para ti y te dan esa seguridad temporal que estarán ahí por muchos más días, años, décadas. Tan solo no quieres que terminen nunca.
Yo he tenido varios tipos de besos, desde esos besos inocentes, hasta aquellos que te roban cada suspiro y sabes que si el beso prosigue tal cual, terminarás quitándote la ropa mientras vez como tu alma se conecta por breves segundos con el alma de la otra persona hasta que terminan llegando a la cúspide.
Dijera que extraño el sexo, que lo necesito, que extraño arder entre esas sábanas que tanto nos acompañaron a lo largo de nuestro amorío con todos esos girasoles que se marchitaron más rápido que lo nuestro, más rápido que el atardecer en los días de Abril.

Mi madre siempre me decía: "Si usted desea una buena mujer, con potencial, de buenos principios. Dedíquese usted a ser un hombre ejemplar, con metas, elegante, honesto y respetuoso, siempre más de lo que usted espera recibir."
- Ay, madrecita mía. Si tan solo te dieras cuenta cuantas veces eso me ha tocado que remendar con girones de mi piel las heridas de otras chicas que, al estar listas para seguir con sus vidas, se llevan esos girones para sanar a alguien más. Dejándome a mí con tantas heridas, tan roto y herido del amor como para quererme a mí mismo.
Mi padre decía: "Debes de querer con la cabeza y no con el corazón."
-Querido viejo mío, quisiera mostrarte las heridas y daños emocionales me ocasionaron al intentar querer y pensar a una persona que solo estaba realizando su rutina diaria y yo ni siquiera estuve un momento en su mente. Pero yo nunca pude sacármela de la cabeza y dejé de pensar en ella.
Mi tío me dijo: "El hombre que se deja embelesar por una mujer, desde el primer momento que accedió a otorgar su vida a ella, sin darse cuenta accedió a que ella haga y deshaga con vuestro ser cuantas veces desee y como ella desee."
Como quiera que estuvieras para mi cada vez que me pasó, que me utilizaron a decisión y no tuve con quien llorar y sobrellevar ese dolor.

Yo, como joven que empieza a crecer, a volar, a sentir puedo decir que todos tienen razón, pero nunca la tuvieron porque nunca estuvieron ahí para cuidarme y decirme un viernes por la noche: "Levantá esa carita, chele. La vida debe de seguir su rumbo y si este viernes te sientes solo, no lo estarás más."

Para mí:
"Cuando te enamoras, hazlo con el corazón y con la mente así pensarás lo que sientes, y sentirás lo que piensas. Te preparas para volverte quien tu quisieras que amen todos los días, sin excepción, si prisa, pero sin pausa. Sin miedo, y sin restricción. Pero debes estar dispuesto a dar como mínimo lo que quieres y con lo que te sentirías a gusto. Siempre he pensado que ningún amor es una dictadura, y ninguna dictadura es con amor. Se trata de ser sin poseer, amar sin obligar, de sentir sin límite.
Al final del día te darás cuenta que todo ese beneficio es para ti, para tu salud mental y física. Nadie merece que lo lastimen, que jueguen con él, que lo hagan sentir de menos, que no le valoren. Cada persona tiene una manera, un ritmo, un paso para amar y sentir"
No sabes, ni te imaginas que horrible es amar a alguien que no está dispuesto/a a hacerlo completamente. Que se limita, que titubea, o que simplemente no lo hace.
Yo me he enamorado, para ser precisos, 2 veces en mi corta vida y nunca he estudiado un tan solo artículo donde diga que el romper el corazón de alguien es prohibido o penado.

<< Y tal vez coincidamos, en otra vida, en otra piel, con otra mentalidad, con otros nombres, con otras cicatrices. Pero siempre siendo nosotros mismo... >>

Veo a una pareja en la calle, los analizo, incluso me detengo a observarlos y notar cuanto amor hay todavía en las personas de este mundo tan arruinado. Soy fanático de las salidas a caminar, a platicar mientras estamos abrazados y todas las personas que nos vean digan: Joder, sí que hacen una hermosa pareja. Pero, sobre todo, un gran equipo.

Me encantaba la sensación que generaba ir caminando y los niños del vecindario me preguntaran que si esa mujer hermosa era mi novia. Yo sonriente siempre les respondía que sí, pero la satisfacción que te genera ese tipo de comentarios, no tiene precio.