20 de marzo de 2004

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Querido diario: 

"Quiero amar como tú me hacías sentir cuando teníamos dieciocho".

Escucho y analizo la letra de aquella canción, mientras mis ojos se van enrojeciendo y empiezan a arder. Por las lágrimas. 

Amar como en esa edad, es algo que nunca podrá volver a suceder.

Desde que partió de la Tierra en aquella corta edad, ya nada fue igual. Ni su familia, ni sus amigos, ni yo, ni mis sentimientos. 

Perder a tu futura esposa y a la madre de tu futura hija en tus brazos es algo shockeante, destructivo, e insano. Restándole lo doloroso. 

Su enfermedad ganó, llevándosela lejos, a un lugar inalcanzable. Y arrastrando a mi aún no nacida hija. El embarazo terminó por debilitarla completamente.

A dos meses de su fallecimiento, no he ido al cementerio a visitarla. Ni siquiera a su entierro. Aquello hubiera sido demasiado fuerte para mí. Me hubiera hundido más profundo de lo que estoy ahora. Un pozo de depresión sin fondo, oscuro y sin un solo rayo de luz. Del que solo sus sonrisas y sus dulces besos hubieran podido sacarme. 

Aún puedo recordar la primera vez que la ví, su resplandeciente sonrisa y sus brillantes ojos verdes, llamando la atención de quien pasara por su lado, en aquel parque, columpiándose con su pequeña hermana a los quince años; hasta el último momento en que su mano pudo sostener la mía, con sus últimas fuerzas, acariciando mi sortija de compromiso.

Sus ojos apagados, sin ese brillo esencial y vitalicio para mi día a día, y sus labios agrietados y resecos, pronunciando un débil "te amamos", mientras acariciaba su barriga con la otra mano. 

Luego, dirigió aquella mano a mi mejilla y, mirándome fijamente a los ojos, susurró un "te amo, vida mía, sigue adelante, por favor. Por nosotros, por mí. Hasta siempre, Niall". Y así, se despidió, para la eternidad, a sus recién cumplidos diecinueve años. 

Mi nombre fue su última palabra, pronunciándola en mis brazos, dándole un último abrazo. 

Hasta que la pueda abrazar en el cielo. Con nuestra pequeña en medio. Llamándome "papá".

Eso no es el cielo, es el paraíso. Y estoy listo para ir allí."

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