Capítulo 2

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Me encantan los datos curiosos. Soy como una enciclopedia sobre datos, algunos innecesarios pero interesantes.

Cuando tenía ocho años la escuela nos había llevado a la presentación de la una enciclopedia y mis padres compraron todos los tomos, diez en total, que incluían cinco DVD sobre diferentes temas como el reino animal, ciencia. Parecido a Discovery Chanel.

Me pasaba tardes enteras viendo los videos y leyendo las páginas llenas de información. Me gustaba mucho leer sobre los distintos temas, pero lo que más me quedaba eran las cosas extrañas o curiosas de cada tema.

Al crecer me fui interesando cada vez más por este increíble mundo en el que vivimos y pude aprender muchas cosas de él gracias a la mayoría de las clases de mi preparatoria, que me ayudaron a comprenderlo y a amarlo cada día más.

Estaba perdida en mis pensamientos cando siento que alguien me empuja de un hombro.

- ¿En qué estás pensando? – pregunta me mejor amiga que se encuentra sentada junto a mí.

Bajo la mirada hacia mi plato lleno de comida olvidada en mi plato. Otra vez me había perdido en mis pensamientos.

Vuelvo la cabeza hacia Carla, que me observa, y levanta una ceja en modo interrogante, esperando por una respuesta.

-Nada. Solo... pensando – digo tomando el tenedor y comenzando a comer. - ¿Sabías que en los ríos o lagos, para preservar la vida marina, cuando desciende mucho la temperatura la capa de la superficie del agua se congela hasta un grosor específico para mantener toda el agua a cuatro grados y así los peces y las plantas puedan vivir en lugares prácticamente congelados y a grados bajo cero? – pregunto a Carla que me mira con cara no entender nada de lo que digo.

-¿De verdad? – pregunta confundida - ¿En eso piensas cuando te digo que Fede entró a la cafetería y que hoy está particularmente bueno? – dice con cara incrédula pero no está enojada. Somos mejores amigas desde la primaria por lo que puedo distinguir bien sus gestos.

- Perdón – digo avergonzada, volviendo a mirar mi plato. – La verdad es que no te estaba escuchando – remuevo las sobras de mi comida tratando de evitar su mirada.

- Nah no pasa nada – dice Carla moviendo la mano, restándole importancia. – Somos mejores amigas y nos conocemos. Sé cómo eres y te entiendo... No mejor pensándolo bien me debes un favor- dice convencida y señalándome con el dedo, mirándome con picardía.

Por su cara sé que ya tiene pensado el favor que va a pedirme y no estoy para nada entusiasmada. Bufo molesta y le dedico mi mejor mirada llena de fastidio que puedo, pero no da resultado por la carcajada que suelta mi mejor amiga.

- Aww pero que mona- dice Carla tirando de mis cachetes con sus manos como hacen todas las abuelitas al visitarlas y te quedan doliendo los cachetes todo el día. -Tu cara es tan tierna en este momento – tira más fuerte de mis cachetes. – Cuando nos enojamos y haces esa carita linda – dice agudizando la voz como si estuviera hablando con una mascota – no puedo seguir enojada contigo – por fin deja en paz mis cachetes y llevo las manos a mi cara para mitigar un poco el dolor. Seguro que los tengo rojos como un tomate por tanto apretujo.

La miro con mala cara y le saco la lengua por lo que suelta otra carcajada.

- ¿Por qué nuestro tierno cachorrito tiene esa carita tan mona? – dice Daniel pasando por mi lado y revuelve mi pelo como si fuera su mascota, por lo que quito rápidamente su mano de un manotazo.

- ¡Ay! – grita el exagerado por lo que ruedo los ojos – tranquilo caniche rabioso, o no hay chocolate para ti – dice sacando una tableta grande de chocolate de su mochila.

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⏰ Última actualización: Nov 24, 2020 ⏰

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