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El viaje de cinco horas en auto iba llegando a su fin.
Un cartel de "Welcome to Beacon Hills" recibía a la familia Silver.
Las cuatro mujeres se sentían completamente felices de por fin llegar a su paradero.
La realidad es que, morían por un buen baño y un plato de comida, esa era la única razón
Pero Atenea tenía un extraño sentimiento dentro de ella, era como si realmente llegara a su hogar luego de años, aunque... ella jamás estuvo allí
La risa de Afrodita la trajo nuevamente a la realidad
──Entonces, el chico dijo "Tan sola y sin novio" y casi lo golpeo, pero no quería ver a la pizza sufrir, así que solo le cerré la puerta en la cara──Artemisa termina de relatar llevando una rebanada de pizza a su boca
── Es qu- es que me lo imagino al chico en "modo seductor" y luego Arts como "I really don't care, solo quiero la comida" ── la menor de la familia,Afrodita, tenía lágrimas en los ojos de tanto reírse
──Chicas, saben que deben de tratar a todos bien ── Su madre Selene habla con dulzura ── Pero si un hombre intenta pasarse de listo, lo golpean, le roban el dinero y salen corriendo──
Ahora era Atenea la que se encontraba llorando de la risa
Tal vez las altas y blancas paredes del living de la casa no tenían retratos, como tampoco existía ningún mueble en el gran cuarto encontrándose totalmente vacío, pero las risas de sus hermanas y su madre, y el olor a pizza recién horneada le brindaron un increíble confort y, por primera vez desde que el viaje comenzó, se sintió en paz y ligeramente emocionada
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Ya habían pasado horas desde la cena, y la de orbes marrones se encontraba acostada en el colchón improvisado que su madre había hecho ya que el camión de mudanza apenas llegaría la mañana entrante
Tendida en esa delgada colchoneta, se encontró mirando el techo, preguntándose como sería su primer día en Beacon Hills, sin duda sería algo distinto, porque ella se sentía diferente Como si algo la llamara allí
Se levantó para ir por un café ya que eran las cuatro de la mañana, y sabía que su insomnio no la dejaría pegar un solo ojo, así que solo se unió a ella y bajo casi en puntas de pie para dirigirse a la cocina
Una vez allí, mientras esperaba que el agua llegue a su punto de hervor, sintió como si alguien la estuviera mirando, así que miro por la ventana que se encontraba arriba del lavaplatos, pero no vio nada, tal vez solo fue su imaginación.
