(PAUSADA) loving you is a losing game [draco malfoy]

prologue

La criatura abrió los ojos como todos los días, emocionada por descubrir qué nuevas aventuras le esperaban. Alguien la ayudó a levantarse de la cama, alguien a quien vio de forma borrosa, una mancha blanca y celeste que imaginó que sería su madre ya que así la llamó, quien se rió cuando tomó un mechón azul borroso y lo mordió llenándolo de babas.

Luego corría descalza por un césped tan verde que parecía irreal hasta que una gran mancha negra y morada le atrapaba los brazos. Ella lo llamaba "papi" y como si fuera un ritual, mordía un mechón negro y él le acariciaba la mejilla para luego bajarla y seguir su camino. Encontró más manchas de diferentes colores y formas. Se miró en el reflejo del lago, pero solo vio manchas borrosas en blanco y negro. Una figura del mismo tamaño, con toques dorados apareció a su lado y tomó su mano para guiarla corriendo en busca de animales más pequeños que ellos, pero ella dejó de caminar y cerró los ojos.

Cuando los volvió a abrir estaba en brazos de su madre, ella trataba de calmarla mientras corría, tratando de escapar del fuego y el humo que los rodeaba, y los rayos verdes que hacían dormir a los otros puntos.

Sería la hora de acostarse pero su madre querría seguir jugando.

Observó como uno de los rayos verdes alcanzaba a su madre y las dos caían al suelo, separadas por unos pocos metros. La niña se levantó y corrió hacia su madre, tratando de despertarla pero ella no se movió.

"Mami, no es hora de dormir".

Llamó a su padre, pero nadie vino a pesar de que él juró que los protegería; una mancha negra la tomó en sus brazos, pero no era él.

Era uno de los que dormía todo el pueblo. Alguien que había puesto a dormir a su madre y ahora planeaba esconderla de ella.

La niña gritó y pateó hasta que vio a su padre correr hacia ella. Ella sonrió, pero su sonrisa desapareció cuando vio un rayo verde que alcanzaba a su padre y lo enviaba a dormir. Ella gritó tan alto que su secuestrador la soltó y cayó al suelo. Corrió hacia él pero solo pudo escuchar parte de sus últimas palabras. "No confíes en... Khiara, huye de...".

Ella chilló cuando la levantaron de nuevo para llevársela, y todo lo que pudo hacer fue estirar su brazo, un brazo con garras y escamas brillantes.

Khiara se despertó de golpe y se sentó en la cama, tratando de recuperar el aliento. Se tocó la cabeza sintiendo un escozor y sacudió la mano cuando se llenó del sudor frío que empapaba su frente; unos minutos más tarde volvió a acostarse cuando estuvo  algo más tranquila.

Le pasaba lo mismo todas las noches, debería dejar de preocuparse e ignorar un simple sueño, como decían sus padres.