Kyra White era una chica normal pero sus padres la trataban como si no lo fuera: nunca la habían dejado salir de casa, no conocía a nadie y estudiaba en casa. La primera vez que su padre la sacó de casa conoció a Draco, sorprendido al saber que vivía encerrada en casa. Porque Draco podía ver el hilo rojo del destino y el suyo terminaba en el meñique de Kyra, así que haría todo lo que estuviese en su mano para tenerla cerca.