Una vida perfecta

Parte 2

-Estoy preocupado.

-¿Por qué?

-Siento que será complicado... Nuestro bebé se mueve pero sigo pensando aquella vez...

-Ippo, no debes sentirlo de esa forma. Él o ella te aman, nos aman asi como lo amamos.

Asiente, y era feliz con esa noticia. Desde ese momento todos los del gimnasio estaban emocionados con la pronta llegada de una nueva vida.

-Oh vamos, no sé por qué se emocionan si será un bebé que llenará de caca todo el lugar.

-No seas así Takamura, Tomiko me contó que será un bebé saludable.

-Si es niño, imaginen que sea boxeador como sus padres- comentó Kimura mientras imaginaba a un mini Ippo golpeando al costal y él siendo el entrenador.

-Bah, no sean así será un niño que querrá ser mi discípulo- comentó Takamura mientras reía.

-Estás loco, Ippo no dejaría que su futuro hijo se juntara contigo- suspiró molesto Aoki.

-Dejen de perder el tiempo holgazanes y mejor a entrenar.

-¡Sí señor!- asienten todos mientras se iban a sus puestos, ya haciendo un sparring o salto a la cuerda.

***

Mientras tanto, Kumi estaba preparando su maleta. Llevaba dos años en Inglaterra y la razón era una reunión de ex alumnos de su escuela. Muchos le preguntaban qué se sentía vivir en ahí y ella comentaba que era un lugar frío y poco interesante.

Llamó por teléfono para apartar un boleto de avión.

No le emocionaba regresar a Japón, más que nada después de su discusión con Ippo. No lo odiaba pero la idea de que él regresara al boxeo era un suicidio.

Hombres, era hombre así que era obvio.

Pero ella estaba segura de poder controlarlo, de lograr que no se arriesgue pero al notar esos ojos brillando. De un tono verde era momento de alejarse.

-Makunouchi se casó con Miyata- su hermano sólo le dijo eso como si le estuviese contando como estaba el clima de ese momento.

-¿Qué?

-Que se casó...

-Eso ya lo escuché Ryo, pero ¿Por qué? Si Ippo no es gay.

-Al parecer sí, bueno ustedes nunca fueron nada aparte que sabía que el albergaba sentimientos por ti.

Kumi suspiró molesta. Molesta con ella misma, debería regresar.

***

-Ichiro, querido- la madre de Ippo estaba limpiando la mesa- Dile a Ippo que es hora de que coma lo que debe, es para mi nieto.

Miyata asintió mientras iba a la habitación, Ippo estaba acariciando a Wampo, que ya era un perro viejito, este estaba rodeado de sus cachorros.

-Madre dice que ya comas un poco.

-De acuerdo, vamos- este sonríe al mismo tiempo que se levantaba.

Hablaban un poco sobre la próxima pelea de Miyata que se celebraría en febrero. Ippo comía tranquilamente pero de pronto dejó los palillos con cuidado.

-¿Sucede algo?

-No puedo comer mamá... Siento algo mal en mi boca.

-Ippo no me asustes...

-No mamá, son normales, acuérdate de Tomiko que dijo que el bebé está bien pero no puedo comer.

-Deja te llevo al cuarto- Miyata lo tomó de la mano para llevárselo al cuerpo, donde lo acostó de lado y lo cubrió.

-Me siento mal...

-Es normal...

-No, me refiero a que me siento un inútil.

-¿Por qué?

-Me siento así porque podría ayudarte en tu entrenamiento o correr un poco. Sanada me dijo que no era buena idea.

-Ippo- el dios del trueno tomó la mejilla de su joven esposo y la acarició-No eres un inútil.

-Takamura lo dijo- Ippo suspiró al recordar como Takamura le dijo gordo e inútil.

-Estás en una etapa en donde eres más sensible pero ya pasará. No importa si no me ayudas en mi entrenamiento- Zarate, el gato de Miyata se posó a lado de ellos y se quedó dormido, eso los tranquilizó.

-Siento preocuparte Miyata- Ippo sonrió e hizo lo mismo, le gustaba tocar las mejillas de su esposo. Siempre quiso acercarse íntimamente con Miyata, no como ahora sino como amigos más cercanos.

Deseaba saber de él pero ahora lo tenía cerca.

-Dime Ichiro, acuérdate, el afecto ahora se permite.

-Recuerdo que antes no me dejabas- rieron juntos, claro Miyata solo mostraba una pequeña curva en su boca y un sonido que Ippo soñaba con oír- Está bien, Ichiro.

***

Ippo caminaba directo a la panadería Yamanaka acompañado de Itagaki. Este le contaba sobre su relación con Kimura.

-¿Andas con Kimura?

-Claro, ¿No te dijo?

-Bueno, creo que si me lo dijo pero no le presté atención.

-Como sea, él y yo andamos. Superó a la Reiko al fin así que mejor le dije lo que sentía pero no creas que le dije como en los doramas.

-¿No?- Ippo reía mientras acariciaba su vientre.

Itagaki le comentaba todo, con lujo de detalle sobre la relación hasta que...

-Oye ¿No es Kumi?

Ippo volteó y vio una melena castaña que estaba dejando el establecimiento y ellos se apartaron.

-Dioses...

-No digas nada- Ippo estaba serio, no estaba listo para verla otra vez.

Ahora que lo pensaba, con Kumi pasaba malos ratos. Besos que siempre eran interrumpidos hasta pequeñas peleas y la dominación que ella ejercía sobre él.

No quería pasar por eso pero, el destino no era como uno quería.

-¿No hablarás con ella?

-No, no quiero. Prefiero que sea así, distancia ante todo. No estoy enojado con ella.

Solo estaba decepcionado. Siempre soñaba con ver a Kumi admirarlo a él... Pero eso nunca sucedió.

Logró tranquilizarse y compraron pan. No hablaron de otra cosa y al llegar a casa, vieron a Miyata hacer boxeo de sombra e Ippo levantó un puño e hizo un jab.

.No hagas eso, le hará daño a mi pequeño kohai.

-¿Pequeño kohai?

.¿Me dejarás?

-Si es que quiera ser boxeador o boxeadora- Ippo sonrió- Extraño entrenar, una vez que salga podré hacerlo. Aunque ya esté retirado definitivamente.

-Ippo- Miyata se acercó y besó su frente.

-Vaya que no eres cariñoso con mi sempai.

-Sí lo soy pero no le voy a dar un beso si estás cerca.

-Aparenta que no estoy aquí.

***

-Ryo, tenías razón- ella marcaba el teléfono, ya estaba en Japón y estaba en un hotel- Ippo está embarazado y lo peor que Tomiko me lo confirmó... No es posible.

-Ay Kumi estoy entrenando, es mejor que aceptes el hecho de que nunca pudiste quitarle esa costumbre a Ippo de entrenar y más ahora que está con ese tonto de Miyata.

-Tendré que hablar con la reportera esa, de seguro le llenó la cabeza de ideas ridículas- y colgó.

Continuará...