Capítulo único

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Ayúdeme, por favor. 

Eso fue lo que aquel dríade dijo entre sollozos cuando Jungkook abrió la puerta de su hogar. Sus puños estaban enrojecidos de golpear con tanto ímpetu la madera, y, sumando los gritos desgarradores que se escuchaban,  no tuvo más remedio que abrir la puerta por la insistencia. Los dríades son una especie muy extraña, lo más llamativo de su cuerpo es un gran cuerno que está en el centro de su frente, por lo que es fácil reconocerlos. Son buenos curanderos y habían vivido paz con los humanos por siglos y siglos, desde el principio de los tiempos, hasta que el Apocalipsis se desató. Era así cómo los más religiosos denominaban a la plaga. No se sabe ni porqué ni cómo, pero las calles comenzaron a llenarse de enfermedades altamente contagiosas y roedores. Algunas teorías hablaban de este era un castigo que había sido enviado para castigar a los pecadores.

Los dríades tenían poderes, sanaban, por lo que eran muy codiciados. Actualmente, eran cazados, se rumoreaba que su cuerno podía curar la enfermedad tan contagiosa y mortal, conocida como peste bubónica*. Si convertías en polvo aquel cuerno e ingerías pequeñas cantidades de aquel polvo a diario, vencerías a la enfermedad. Los dríades podían vivir sin su cuerno, al igual que un humano puede vivir sin su brazo, pero con el pasar del tiempo el ser humano se volvía más codicioso, y quería arrancarles el cuerno desde su origen en el cráneo, por lo que morían sí o sí.

El padre de Jungkook, el médico del pueblo, un día salió a las calles para intentar calmar a los habitantes. Hablaba de que fueran creyentes o no, podrían contagiarse igualmente, desafiando a los miembros de la Iglesia. También, intentó concienciar a las personas de que los polvos de dríade no tenían poderes curativos, que solo había gente que intentaba aprovecharse del pánico para ganar dinero. Fue quemado en el centro de la plaza por expandir bulos y estar en contra de la religión. Había personas en el pueblo que habían alcanzado la completa locura, y luego estaban aquellas, que por temor, les seguían, como un rebaño de ovejas. Se habían vuelto muy hostiles. Cualquier persona que llegara al pueblo estaba destinada a morir. 

-¿Qué hace aquí? - Jungkook cerró y aseguró la puerta una vez que había dejado pasar al dríade.

-Vengo en busca de su padre - El dríade se bajó la capucha de su capa, descubriendo su blanco cabello. Sus orejas, similares a las de un ciervo y recubiertas por pelo blanquecino, apuntaban hacia abajo - Dijeron que podía ayudarme.

-Le mataron hace meses. Debería marcharse de aquí, el pueblo ha entrado en locura y es peligroso para los de su especie. 

-No tengo a dónde ir - El chico se veía tan desesperado que comenzaba a dar pena a Jungkook. Su rostro angelical y joven ablandaba su corazón - Un médico, que vive más allá del bosque Brocelynn, dijo que el Dr. Jeon sabría dónde llevarme, que conocía un lugar seguro - Agarraba con desesperación la capa negra que cubría su cuerpo cada vez que hablaba - Por favor.

-Tiene que  ir a la granja de Ellie Vinet, allí estará seguro.

-¿Yo solo?

-Hace algunos meses venían grandes grupos de los de su especie en busca de ayuda. Les llevaba hasta allí mi padre en sus viajes - Dijo mientras recordaba aquellos viajes que duraban largos días y a los que su padre no le permitió acompañarle cuando las cosas comenzaron a complicarse - Ahora yo solo le puedo mostrar el camino, no puedo hacer más.

-De acuerdo, se lo agradezco - El dríade decidió no insistir más.

-Acompáñeme, le abasteceré de algunos víveres - Subieron por las escaleras hasta la segunda planta - ¿Cuál es su nombre? - Jungkook buscó un bolso de una tela bastante resistente.

Grita más fuerte [jimin & jungkook] [O.S]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora