renjun's birthday

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El sol le daba una cálida bienvenida a sus florecientes dieciocho años, Renjun podía jurar que se sentía igual. No había crecido ni un solo centímetro, quizás sus orejas si, o al menos eso creía. Pero él se sentía igual que cualquier otro día, todo estaba intacto. Excepto una cosa.

En su corazón persistía un sentimiento muy fuerte, incapaz de ser descripto con palabras. Sus latidos parecían ser mensajes encriptados en un idioma del que Renjun se sentía ajeno, o quizás había olvidado cómo entenderlo.

Trató de desprenderse de aquella sensación, ahora su prioridad era cumplir años, ya tendría tiempo más tarde para llenar su mente de dudas.

Arregló su cabello de manera diferente, lo peinó hacía arriba como si aquello fuese a marcar, simbólicamente, una nueva etapa en su vida. Se vistió como quién asiste a una fiesta pero de manera casual y bajó las escaleras.

Le sorprendió ver a su madre en la sala, seguro estaría esperando que su pequeño despertara para colmarlo de besos y saludos. Pero al llegar al salón, la sonrisa que adornaba el rostro de Renjun, se desvaneció. Parecía muy inmersa en aquella computadora que la transportaba a su mundo laboral donde no existían sus hijos y su única preocupación eran las finanzas.

Se dirigió a la cocina a preparar su desayuno, al menos merecía una digna comida de cumpleañero. Preparó el cereal aunque se debatió durante un buen rato si primero iba la leche o el cereal, aquella duda martillaba su cabeza. Finalmente se decantó por colocar primero el cereal y luego la leche y disfrutó de su desayuno.

No se molestó en esperar que Yeri apareciera porque sabía que su hermana solía dormir hasta tarde, ya iría él a molestarla si no recibía un saludo de su parte.

En su celular, unos cuántos mensajes iluminaron la pantalla, todos del mismo remitente, a excepción de algunos pocos. Se trataba de Donghyuck.

Enormes cantidades de audios gritándole feliz cumpleaños, que le soplara la vela, entre otras cosas. Renjun no pudo evitar reír ante la efusividad de su amigo, parecía más emocionado que si fuese su propio cumpleaños.

― ¿Qué significa soplame la vela?

Se atrevió a preguntarle a través de un audio mientras le agradecía por los saludos, nadie era tan leal como Donghyuck y eso Renjun lo sabía perfectamente aunque no lo mencionara.

Antes de que pudiera recibir alguna respuesta, el timbre lo interrumpió y un Renjun entusiasmado bajó prácticamente rodando por las escaleras. Que bueno que su madre ni reparaba en él, sino se hubiese llevado un buen grito de su parte. Pero Renjun ya no era ningún niño para que lo anden reprimiendo y su madre no era la más presente tampoco.

Abrió la puerta de par en par, aún con el miedo latente de que apareciera el virus y se tirara encima de él. Pero para su sorpresa no había nadie en el umbral, en su lugar había un enorme paquete.

Renjun lo tomó entre sus manos y silenciosamente subió escaleras arriba, con la emoción apoderándose de su cuerpo.

El paquete era rosado y con un enorme moño que lo adornaba. El muchacho tiró del moño y el paquete se abrió, dejando al descubierto lo que había en su interior.

Los ojos de Renjun se iluminaron como dos astros que brillan en plena oscuridad. Tomó el regalo entre sus manos y lo aferró a su pecho.

― ¿Cómo supo qué quería esto? ¿Acaso es Santa Claus? Pero no es navidad...

Para su sorpresa, había una pequeña nota dentro de la caja. La tomó entre sus delicadas manos y la leyó en voz alta como si alguien más pudiese escucharlo, quizás lo hacía con la inocente esperanza de que, si Santa Claus tenía algo que ver, lo oyera y se alegrara.

autism ― renmin.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora