¿Sabes? No te odio. Puede que en algún momento lo haya dicho, porque estaba enfadada contigo. Pero no, no te odio. Eres indiferente para mí. Me hiciste daño, muchísimo daño. Fuiste la persona a la que más quise. Pero cuando todo se acabó, me di cuenta de que no significas nada para mi. Es verdad que en su día fuiste muy importante para mí, pero después del daño que me hiciste, todo eso está olvidado. Todos los recuerdos están congelados, guardados en el rincón más oscuro de mi corazón. Mentiría si te dijera que no los descongelo a veces, que no recuerdo lo feliz que era a tu lado. Pero para nada te echo de menos. Porque mi vida es mucho mejor desde que tú no estás.