04

1.4K 170 140
                                    

- ¿Lo encontraste...a tu pareja predestinada?

- Yo...un momento, ¿cómo sabes eso? - Preguntó YoonGi dudando de la confianza que le tenía a aquella anciana.

- Oh por favor, se podría notar a mil kilómetros de distancia - rió un poco - tu humor ha cambiado, la manera en que lo miras, ahora pareces un verdadero depredador reclamando a su presa.

- Pero...¿es posible? Es un humano -. Contestó con disgusto.

- Por favor, joven Min, nada es imposible.

- No puede ser él, ¿qué le diré a mi padre? ¿qué ésta será la última generación de los Min porque un simple humano no puede concederme un hijo? -. Parecía estar muy molesto.

¿Un simple humano? ¿Me acababa de llamar "simple"? ¿qué rayos era la "pareja predestinada"? ¿por qué tendría que concederle un hijo a éste idiota? ¿en qué lío me había metido ahora?

- Bueno, yo lo diría con más calma, pero si quieres decirlo así por mí no hay problema. Sólo te diré: No juzgues un libro por su portada -. Aquella loca sonrío y se acercó a mí.

Toco mi abdomen haciéndome sentir extraño, ¿por qué me tocaba? Luego tocó mis brazos y mis piernas haciendo que me alejara de ella de inmediato dando un quejido totalmente disgustado, ninguna vieja descerebrada me tocaría jamás, ese era mi lema.

- Es fuerte, podrá con ese hijo que quieres tanto -. Sonrío de forma maliciosa y se paseó alrededor de mí dando una gran nalgada cuando se encontraba atrás -. Y tiene un buen trasero.

- ¡Hey! -. Me queje al sentir ese golpecito.

Estaba confundido, ¿qué mierda con ésta gente loca? Si de algo estaba seguro era de que esa loca no volvería a tocarme ni un solo pelo.

- Usted está loca, los hombres no podemos hacer eso -. Hable por primera vez.

- Tal vez ahora lo crees imposible porque eres un humano, pero cuando seas como nosotros no estarás tan seguro de tus palabras, pequeño conejo -. Sonrío mostrando unos dientes tan horribles y podridos que me dio asco.

- ¿Y cómo se supone que haremos eso? - Preguntó YoonGi.

- Simple, cuando un humano es penetrado por uno de nosotros y marcado para ser la pareja de un Alfa o Beta su organismo empieza a cambiar convirtiéndose en lo que está destinado a ser: un Omega.

- ¿Un Omega? ¿qué tan distinto?

- Un Omega como Hoseok y cualquier otro Omega, no tiene diferencia alguna.

- Entonces si es posible -. Susurro el más pálido.

- No entiendo -. Me atreví a decir en medio de aquel silencio.

No entendía a que se referían, ¿ser penetrado? Eso no sonaba agradable y mucho menos el ser marcado, ¿qué se supone que pasaría conmigo?

- Muy bien, es simple -. Sonrío YoonGi -. Vamos, tengo que llevarte a mi casa y...

- No quiero ir a tú casa, no quiero estar contigo, quiero volver a mi casa -. Reclame.

- Dije que iremos a mi casa -. Hablo con firmeza.

- Joven Min, si él no quiere ser su Omega ni con mil gritos logrará cambio alguno en él -. Hablo la anciana al notar que refunfuñaba.

- ¿Ahora que quiere decir?

- Ambos deben estar de acuerdo en estar juntos, no puedes obligarlo ni a él ni a ti mismo a sentir algo, no creas que no noté que sólo quieres un progenitor.

- Pero él no está dispuesto a cooperar.

- Tal vez si cambiará su actitud con él él haría lo mismo por usted -. Contesto la anciana molesta al notar la negatividad en la voz del más pálido.

Salimos de aquella casa y comenzamos a caminar sin rumbo fijo lo que me preocupaba un poco, yo quería ir a casa.

- ¡Bien! Te irás -. Afirmó después de un momento.

- ¿En serio? -. Pregunte emocionado -. ¡Si! Gracias, gracias.

No pude evitar abrazarlo con fuerza antes de que él se alejara como si le molestará o sintiera asco de eso.

- ¡Hey! ¿qué mierda? ¿qué hacías? -. Preguntó molesto.

- Yo...sólo te abrazaba -. Contesté con algo de culpa.

- ¡Agh! No lo hagas, ¿quieres?

Guarde silencio y comenzamos a caminar por el bosque, por donde sólo se podían escuchar los búos y los grillos.

- Muy bien, escucha, dejaré que te vayas a casa, pero mañana volverás aquí temprano, ¿de acuerdo? -. Hablo YoonGi en medio del silencioso y tenebroso bosque.

- Pero no quiero hacer eso -. Respondí triste.

- Tienes que hacerlo si no quieres que vaya hasta donde estas y desgarre tu cuello, ¿entendido? -. Me miró molesto.

- Por eso digo que mejor volveré aquí temprano, en cuanto despierte -. Trague saliva, nervioso.

- Muy bien, así me gusta, que me hagas caso -. Sonrío.

Llegamos hasta la gran cerca y descubrí que era más difícil salir que entrar, no había árboles lo suficientemente altos para poder brincarla.

- ¿Necesitas ayuda? -. Preguntó notando como miraba la manera de cruzar.

Asentí, avergonzado de que tuviera que ser así, pero, sin siquiera pedírselo, él se transformó de nuevo en ese gran lobo negro al que tanto le había cogido miedo y se inclinó un poco ante mí.

- Eh...¿quieres que...suba? -. Pregunte nervioso y él asintió una vez.

Pase una de mis piernas por encima de su lomo quedando sentando en éste, él se reincorporó haciendo que lo abrazara por el cuello para no caer. Era más alto de lo que creía, sentía que estaba a metros del suelo, aunque eso fuera ilógico.

- Tengo miedo -. Me aferre más a él sintiendo como comenzaba a avanzar.

No me atreví a mirar hacia adelante, el miedo estaba demasiado presente en mí, pero si sentía con claridad que hacía muchos movimientos, como un salto.

Sentí como se volvía a inclinar y entonces levanté la mirada, ya habíamos cruzado la cerca, me bajé con cuidado de él y poco después él volvió a su forma humana.

- ¿Estás bien? -. Me preguntó, mirándome fijamente.

En cuanto me miró entendí a que se refería la anciana, su mirada ya no era tan ruda, no me hacia querer alejarme de él, me sentía...seguro, como si él me fuera a proteger a pesar de todo.

- Estoy bien, no te preocupes -. Contesté aún absorto en sus lindos ojos, tan profundos.

- Bien, sigamos, te acompañare hasta tu casa -. Declaró mientras caminaba.

Yo lo seguí de inmediato; a pesar de que el camino fue algo largo llegamos al final del bosque donde, justo enfrente, había una pequeña cerca que pudimos saltar sin problema para llegar hasta donde estaba la carretera y, un poco después de ésta, mi casa.

- ¿Vives aquí? ¿tan cerca del bosque? -. Preguntó cuando estábamos frente a mi casa.

- Si.

- De acuerdo, así será más sencillo, cuidate, mañana nos vemos sin falta alguna en la cerca.

Después de decir aquello espero a que yo entrará en mi casa para irse; suspire frustrado una vez dentro, no quería volver a ese bosque nunca más, pero tenía qué.

Subí las escaleras hasta mi habitación tratando de hacer el menos ruido posible en aquella casa tan vieja y me encerre en mi habitación dando un suspiro de alivio, nadie me había descubierto.

Me recoste en mi cama soltando un gran quejido por todo lo que había pasado en éste día y me quedé dormido poco a poco.

¿Por qué tú? [Omegaverse] | YoonKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora