Amelin y el joven.

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Era una tarde soleada del verano del 1998 cuando Amelin (hija de un gran comerciante de la ciudad) decide ir a la playa con su "hermanastro" Joseph a darse una vuelta por toda la orilla mientras que una leve brisa acariciaba todo su rostro. Amelin era una chica de unos 17 años, 5.8 de altura y con unas curvas dignas de admirar. Su pelo negro y un poco ondulado le rodaba por toda la espalda, sus ojos eran negros y de piel mulata. "Era la chica con la que todo hombre soñaba"...

Ya teniendo al rededor de 2 horas y 25 minutos en la orilla de la playa, su "hermanastro" Joseph, un joven apuesto que tampoco se veía nada mal con unos 23 años, 5.10 de estatura, un cuerpo tonificado, ojos verdes, pelo bueno color negro y una piel clara; decide ir por unas piña colada para seguir conversando un rato. Es ahí cuando aparece Nael un joven mucho más guapo que Joseph y con una aroma mejor que la de su "hermanastro" (a pesar de que Nael era pobre a diferencia de Joseph) dejaba inquieta a cualquier mujer.

Nael se le acerca a Amelin con una mirada en su rostro diciéndole -¡Hola!- mientras le tiende la mano. Amelin con la voz entrecortada al ver ese caballero tan elegante y apuesto intento saludarle pero los nervios la traicionaron y sólo dijo:

-vete! Estoy bien sin tu compañía.

Cuando por dentro ella sabía que era todo lo contrario.

Nael no hizo caso e insistió en continuar la conversación hasta que la pudo convencer logrando así sentarle a su lado y comenzar a conocerse. No hacían faltas palabras porque al mirarse los dos se quedaban concentrados contemplándose el uno al otro, pero Amelin siempre interrumpía la contemplación con un gesto desinteresado mientras que por dentro moriría por pasar el resto del día mirándolo.

Pasaron unos minutos de conversación y Nael no se puedo contener e inesperadamente le dio un beso. Un beso con deseos y apasionado, intentó poner resistencia pero al sentir sus labios rosando los de ella y sentir su lengua dentro de su boca le pareció genial, tanto así que ella misma lo agarró por detrás de la cabeza para que ni siquiera intentara parar, mientras más profundo y largo se hacía aquel beso, más grande se hacían sus nervios y mucho más grandes se volvían las vibraciones que sentía en su entrepiernas. Al terminar ese beso tan apasionado y que dejaba tantas cosas que decir ella se sonrojó porque a pesar de que no se lo esperaba le agradó muchísimo. Fue ahí cuando Joseph regresaba con las piñas coladas y pudo ver dicho beso, se enfureció y lanzó las copas al suelo dando a notar que él vio lo sucedido y que no le agradó para nada. Amelin intentó caerle atrás para explicarle lo sucedió mientras que Joseph corrió como lobo enfurecido por los arbustos.

Ya han pasado dos meses de lo sucedido y Nael sigue yendo a la playa para volver a encontrarse con esa joven que lo enloqueció, mientras que desde aquel día el comerciante no ha vuelto a saber nada de su hija apreciada Amelin ni de su hijastro querido Joseph.

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