capitulo 1

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Sus manos siguen siendo igual de frías como la anterior vez, esos ojos penetraban en su ser, "no quiero dejarte ir" resonaba en su cabeza "no volverás por mí, lo sé."

"ikuto ¿porque me dejas arder?"
"deberías estar acá, me lo prometiste,¿entonces porque sigo sintiendo este frío dolor en mí pecho?"

Ikuto estaba con la mirada fija en mí, no decía nada,¿porque no me respondía? ¿Acaso él me mintió?

-Amu..... Amu, despierta.... despierta.
Su voz sonaba tan lejana, acaso esto era la respuesta de él, debía ser eso.
-Amu-chi reacciona.

Espera, esa voz es de... Yaya.

Mis ojos se abrieron suavemente y ví como toda la luz del sol caía en mí "demonios" pensé.

-Yaya¿Qué haces aquí?- se notaba que estaba preocupada por mí, creó que ella nunca cambiará, seguirá siendo esa dulce niña.

-Me preocupas te, te espere todo esté tiempo en la cafetería y nunca llegaste, así que me dispuse a buscarte.- sus manos suavemente me levantaron del asiento donde había quedado rendida.-¿En qué soñaba? Tú entrecejo estaba tan fruncida, parecías triste.

Mis ojos quedaron mirando un punto lejos de ella.-Simplemente fue una pesadilla, nada importante, no te preocupes.-agarre mi maleta y me dispuse a salir del salón junto a Yaya detrás de mí.

-Parecía importante pero sí tú me dices eso debo creerte.-escuche sus pasos acelerarse para estar al costado de mí.-Y dime ¿Como te fue en tu última clase? Al parecer muy aburrido.- su sonrisa junto a esos ojos juguetones, reí suavemente.

-En sí, no era algo tan aburrido, simplemente no e podido dormir estás noches, debe ser la razón por la cuál me quedé así en clase.- acomodé mi cabello detrás de mí oreja mientras pensaba en los claros sueño donde Ikuto era el protagonista, esos sueños siempre me dejaban tantas dudas.-Mi clase de hoy trataba sobre las tendencias, nos dieron el trabajo de hacer ropa que está en tendencia y modelar lo, es individual así que tengo mucho trabajo.-suspiré mientras entrábamos al ascensor y apretaba el botón del primer piso.

-Ya veo.-se notaba que entendía como me sentía.-A nosotros solo nos dejaron un trabajo de hacer un corto y tuve la grata idea de que me ayudes, pero ahora que sé todos los problemas que tienes no quisiera dar te más.-sus ojos se veían decepcionados junto a un puchero tan infantil.

-Oye sabes muy bien que siempre contarás conmigo, no importa si tengo trabajos, me agradan tus ideas siempre, te ayudaré.-mi determinación en mi voz hizo que Yaya saltará de felicidad, emprendimos camino a la salida de la universidad, se notaba que ya estaba totalmente satisfecha.

-Amu-chi, me tengo que ir por la otra calle, hoy visitaré a una tía, hasta luego.-ví como se iba corriendo mientras alzaba su brazo en señal de despedida.

Reí suavemente y fui al paradero para poder tomar mi bus de regreso a mi casa.
Mis ojos dieron con el bus y subí tomando asiento en la primera fila. Agarré mi celular y miré la hora, suspiré mientras miraba las calles desoladas, ya estaba haciendo se de tarde, se veía el cielo rosado junto un suave azul, sonreí al verlo, era hermoso, se veía tan irreal.

Después de tanto tiempo al fin bajé del autobús y caminé, me sentía cansada, había sido un día muy cansado, tenía en mente tantas cosas, recordaba las suaves caras de mis guardianes, aveces me entraba un gran sentimiento en saber que ahora ellas estaban en mí y que, ya no podía ver las, cuando Ikuto se fue y me dejó, aún recuerdo su promesa, pero aveces se siente tan lejos esa promesa que sintió que nunca se volverá real, está lejos de mis manos.
Él me dijo que creciera, ahora tengo 19 años, creó que eso ya es suficiente ¿No?

Mientras mi mente estaba en otro lado mis ojos daban con el pavimento, no estaba en mis cuatro sentidos cuando me dí un gran golpe contra alguien más.

Todo mi cuerpo estaba por tocar el suelo hasta que unas manos agarró con fuerza mi brazo.

Mi mirada se levantó en instinto y lo ví, esos ojos ya los había visto, era él.

-Ikuto.- un susurro se escapó de entre mis labios, mis ojos estaban tan fijados en los suyos que sentí como ardía, ardía ver lo, era él, realmente, no era un sueño, mientras parpadé una lágrima se escapó traicionara mente.

Su agarré me abalanceo hasta él, perdí el equilibrio y me apoye en su pecho, mientras reaccioné me alejé de él instintivamente.

Mis ojos estaban confundidos.

-¿Volviste?¿Realmente eres tú?- sonó tan roto para mí gustó, me sentía indefensa, su miraba en ningún momento dejó de verme, me veía desnuda y vulnerable, había pasado tanto tiempo, mi mente no quería reconocerlo, sé negaba que en verdad él estuviera frente a mí con esos ojos tan fuertes.

Soy tu necesidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora