Gracias al arduo trabajo de un grupo de investigadores de la facultad de Ciencias de la Salud del Instituto de Altos Estudios del Carmen se ha podido encontrar la solución a un problema aparentemente sin importancia, pero que afecta a más del 30% de la población mexicana: el acoso por parte de presencias paranormales.
El primero en probar está nueva técnica fue el señor Josué Burgos, quien afirmaba haber tenido interacciones con el más allá, luego de haber jugado repetidamente la ouija, leer libros oscuros y hacer pactos secretos con curanderos. Según afirma: "por mucho tiempo estuve siendo perseguido por presencias extrañas. Es cierto que tuve interacción con objetos místicos, pero hasta hace poco yo era ateo, y no creía en nada que no pudiera comprobar la ciencia, así que no les daba la debida importancia a las cosas del más allá y jugaba con ellas para mostrarle a mis amigos que todo se trata de sugestión. Pero de pronto yo llegaba a la casa y las sillas se movían solas en mis narices, o estaba durmiendo y se caían los platos en la cocina. De un día para otro mi vida se convirtió en un circo de sucesos paranormales. Pasó de ser aterrador, a estorboso, porque ya no podía hacer bien mi trabajo, pues a cada rato los duendes me escondían las cosas, o escuchaba que alguien susurraba mi nombre detrás de mí, y eso que yo vivo solo". La presencia de seres paranormales fue comprobada con ayuda de un fantasmómetro (aparato especializado que detecta señales fantasmagóricas con un índice de error de 0.000001). Consiste en un complicado sistema de sensores y radares que se conectan al individuo para obtener las muestras, luego de realizadas éstas, se comprobó, efectivamente, que el señor Burgos era asediado por tres espíritus en pena, un par de duendes, y un demonio con tentativas de posesión.
La terapia consistió, básicamente en untarse manos, pies y mejillas con esperma fresco antes de dormir durante tres meses. Esto se debe, según indica el doctor Jasiel Berges, director de la facultad de Ciencias de la Salud y encargado de la investigación, a que los espíritus malignos son hipersensibles a un compuesto que se encuentra en el líquido seminal masculino, llamado fosfato de espermina , que provoca alteraciones protoplasmáticas en su composición. Esto quiere decir que los fantasmas no toleran el esperma en el cuerpo de su asediado. Pasados los tres meses se procedieron a realizar las pruebas correspondientes en el señor Burgos y con gran satisfacción se comprobó que toda presencia fantasmagórica había sido erradicada.
Este avance abre la puerta hacia un amplio campo de investigación hasta ahora desconocido: la demonología clínica. Ya que brinda la posibilidad a la población afectada por este tipo de presencias liberarse de una vez por todas de maldiciones o hechizos sin necesidad de recurrir a la muy difundida charlatanería mística.
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Masturbación como método para ahuyentar espíritus
Short StoryUna invención algo bizarra que se le ocurrió al autor después de ver un buen meme.