s e v e n

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las calles estaban un poco vacías,

era un poco tarde después de todo.


la feña y yo estábamos de dormida en su casa,

pero decidimos pasar un rato en la plaza cerca sentadas en los columpios.

ahora estamos volviendo para no preocupar a su mamá.


—¡irene lo vi!

—¿qué cosa?

—¡mi hilo!


la fernanda hechó a correr.


—espérate.

y yo seguí atrás de ella.

pasamos de largo de su casa,

hacia un cruce en verde,


—feña espérame.

un auto,

parecía no querer frenar.

traté de alcanzarla,


lo juro.


—¡fernanda por la chucha!


su cara de sorpresa es algo que nunca voy a olvidar.

me seguirá en mis pesadillas,

día tras día.


la sangre al alrededor,

ese carmesí que mancha su polera blanca.

sus ojos desorbitados,

su posición incómoda,

su tez ahora grisácea.


—¿f-fernanda?


destiny - metalingüísticaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora