Mi loca vida

Amber Mackeny

Espere durante horas a que tocara la campana, ¡Al fin! había tocado, me puse la capucha haciendo caso omiso a las burlas de mis ''Compañeros'', aunque, me caen tan mal, que ni si quiera me tomé el trabajo de conocerlos, no...no es que sea una chica creída y que me crea tan especial, que simplemente no los veo merecedores de mi compañía, créanme, no, yo no soy así. A los chicos y chicas de mi edad les gusta demasiado, ir a fiestas, fumar...beber...etc. Yo prefiero lo tranquilo, prefiero estar sentada leyendo un libro, dibujando algo...pintando o simplemente viendo una película en mi casa, tranquila mente.

¿Soy rara por no ser como los de más? Hasta donde yo se, tener diferentes gustos nunca a sido algo de lo que debamos avergonzarnos, después de todo, somos seres humanos, imperfectos...diferentes. Solté un enorme suspiro al salir del salón, me estaba comenzando a sentir encerrada, camine un largo rato para poder llegar al jardín.

El Instituto es muy grande, tiene más de 10 pisos y hay que bajar muchas escaleras para poder llegar de un lugar a otro, deberían de poner un ascensor o algo...dijo...las personas en silla de ruedas, por obvias razones, no pueden levantarse, tomar sus sillas y subir, pero bueno, no me sorprende que no se les haya ocurrido tal cosa, de casualidad que el año pasado arreglaron los baños. Noté que olvidé ponerme mi capucha, en seguida al darme cuenta me la coloque, tapando parte de mi rostro y avanzando, con la mirada puesta en el suelo, perdida en mis pensamientos. Al llegar me senté en un banco, en el cual se encontraba una chica, esta tenia la mirada puesta en su celular, no pude evitar ver su cabello castaño, que con los rayos de la luz del sol, se veía brillante, bonito, tan hermoso...mi cabello jamas se verá de esa forma, me senté en el banco, comencé  a abrir mi mochila para sacar mi cuaderno de dibujo, ya que el jardín se encontraba hermoso, jamas lo había visto tan florecido. Inmediatamente, en ese pequeño momento en el que me senté en el banco, la chica se paró, me observo con una mirada...una mirada, que me decía sin palabras, que yo era un bicho que no debió sentarse allí. En parte tenía algo razón, yo tampoco me sentaría a mi lado, miren me, doy asco...

 - ¡Amber! Aquí estas, te estuve buscando por todas partes.-Levanto mi mirada y me encuentro con una de mis mejores amigas, Janeth, ella y yo nos conocemos desde que eramos recién nacidas, esto se debe a que nuestras madres, se conocen de hace muchos años, por ende, esto solo ayudo a fortalecer la amistad de nuestras madres y de que naciera la nuestra, en resumen...Janeth, es como una hermana para mi-.

-Ho...hola Janeth.- Esa extraña forma de saludarme que es muy característico de Janeth, esa forma de comenzar el saludo con un grito me provoca un poco de nerviosismo, jamas me gusto que las personas levantaran la voz, Janeth lo sabe muy bien. Cuando teníamos 10 años, la maestra nos regaño a mi y a Janeth por entrar tarde a clases, en el medio del regaño, me puse a llorar, como si estuviesen amenazando de muerte, por alguna extraña razón, no lo tolero.-

- Hola hermosas.- Se acerca una chica, con cabello pelis rojo, dejandole un beso corto en los labios a Janeth-.

-Hola amor-. Sonríe Janeth, Cristin y Janeth, son mis dos mejores amigas, a de más de que han sido pareja desde los 11 años, al principio, Cristin me calló un poco mal, luego me di cuenta de que era un buena chica y con el tiempo, se ganó mi confianza, convirtiéndose así, en mi segunda mejor amiga y mi pareja favorita-.

- ¿Sigue en píe lo de la fiesta privada? -Dice Janeth, muy interesada por mi respuesta-.

- Si...

-Que bien, porque ya le dije a Jouna que iremos  todas y ya sabes como es...-Cristin suelta una carcajada, terminando la frase de su novia-.

- ¡Un obsesionado por seguir sus planes!

- Entonces...¿Donde era la reunión? Porque no le entendí bien.-Janeth y Cristin, se miran entre ellas-.

- ¿Amber, hace cuanto que bajaste a la tierra?-Exclama Janeth-.

- ¿Por qué dices eso?-Digo, frunciendo el seño-.

- Nunca nos escuchas, es como si...siento que no te interesamos, dime...¿Soy mala amiga? Por eso nunca me prestas atención cuando te invito a salir o algo...

-¿De qué hablas? Claro que eres buena amiga.

- ¿De qué hablo? Bueno, para empezar, ayer te invite a comer helado en mi casa, no me respondiste absoluta mente nada, seguiste dibujando en tu libreta, te espere, pensando que me habías escuchado y que quizás irías, no fuiste.

-Yo...perdón, no te estaba escuchando. -Me acerque a ella, para darle un abrazo- Perdóname.

-¿No hay apapacho para mi?- Dice Cristin, haciendo puchero-.

- Claro...ven.-Digo con una sonrisa, pero, a penas conteste a su preguntaba, ya se aproximaba con sus brazo extendidos hacia nosotras, dándonos un fuerte abrazo-.

- ¿Si irás, verdad? Hace mucho tiempo que no pasamos tiempo todos juntos, como lo hacíamos antes.-Al decir estas palabras, Janeth, me mira con los ojos brillosos-.

- Claro, dime en donde y iré. -Sonreí separándome del abrazo-.

-En el Hotel de los padres de Jouna .-Dijo entusiasmada-.

-Claro, iré.-Abrí mis ojos como platos al escuchar esas palabras. Los padres de Jouna, son dueños de varios hoteles en la ciudad, al ser hijo de los dueños, es tratado como un rey, hace mucho tiempo que no hacemos este tipo de reunión, ninguno de nosotros sabe l razón, pero supusimos que habremos hecho algo que a los padres de Jouna no les habrá gustado-.

- ¡Si! nos vemos allí, vamos futura esposa.-Toma de la mano a Cristin y sin darle tiempo de reaccionar, se la lleva-.

Real mente no quisiera ir, no me eh estado sintiendo muy bien, no eh podido dormir en días, mi madre se enfermo, mi padre desapareció...no se a donde fue, tengo que cuidar de mi madre, hacerle de comer a mi hermana...cuidar la casa, ganar dinero y fingir que todo esta bien, con mis amigos y mi madre, ya que no quiero estresar a mi madre y ponerla en un estado peor, ni mucho menor preocupar a mis amigos. En resumidas cuentas...mi vida es un desastre.