Capítulo 4

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<< Primeros encuentros. >>

Kagome sintió el impacto del árbol contra su delicada piel, fue demasiado repentino al igual que el acercamiento de ese Yokai, tenerlo tan cerca la puso nerviosa pero las palabras que dice el ojidorado logran un efecto contrario.

Su sangre arde con fuerza en su interior, la niña siempre odió que se le menosprecie por ser joven pero ser menospreciada por ser humana repasaba lod límites.

—Jajaja— Ríe con molestia y clava su mirada en él— Yokai, mis padres me enseñaron todo lo contrario, yo no corro ni ruego por mi vida, simplemente hago esto.

Dicr con desprecio al igual que el y concentra su poder espiritual en la palma de su mano, no dudó en pegar esta al pecho de su contrario logrando empujarlo en seguida lejos de ella, al verlo salir disparado se sintió orgullosa, más aún al ver cómo este la miraba tan sorprendido.

Sesshomaru no podía entender que  acababa de pasar, procesó unos segundos hasta concluir que la chiquilla era una sagrada, una miko de gran poder para ser humana.

"Ha sido capaz de alejarme, pero no quedará esto así, Yako quiere enseñarle que debe respetar a su alfa."

Pensó el ojidorado con enojo y este subió de nivel al darse cuenta que quería ser reconocido como alfa por ella, su bestia estaba saliendo de control.

—Humana, resultaste ser una miko, por osarte a tocar a este Sesshomaru te castigaré.

Saco su látigo de veneno en ese momento y le da un certero golpe en una de las piernas, escucha cómo gime de dolor nuevamente y se aproxima a ella para dar otro golpe pero un campo de energía le impide acercarse, era lista al ponerlo pero eso no lo detendría por mucho tiempo.

"¡Maldición!, esto me pasa por confiarme, ese yokai no es de baja categoría, sebí sospecharlo por su apariencia."

"Mi entrenamiento no ha sido mucho, no resistiré a un combate contra él..."

"El campo se va debilitando y el ardor en mi pierna se incrementa, si este cae tendré que usar el conjuro de sumisión que me enseñaron."

Los pensamientos de la joven pasaban veloces, ella necesitaba pensar en algo pronto o podría morir bajo las garras del ojidorado. Ya decidido su plan jugó todas sus cartas, deja caer el campo de protección y se muestra agotada, lo mira y sonríe cansada antes de hablar.

—Bien, perdí, solo ríete y déjame ir.

Él la mira con aire burlón y se acerca.

—¿Eso es todo humana?, me hiciste perder tiempo valioso, pero tu muerte pagará por eso— Dice sin detenerse — Será rápida, no te preocupes ya que solo eres una chiquilla.

Se termina de acercar a Kagome y la sujeta con fuerza apretando su delicado cuello, la niña queda colgando en el aire viéndolo con dolor, sus manos se aferran a los brazos de Sesshomaru buscando que la suelte pero finalmente una aprieta la muñeca derecha de este, un ardor intenso nace ahí, el la deja caer sin ningún cuidado al soltarla y ve cómo aparece una marca de cuervo junto donde ella tocó. La ve sorprendido, ella respiraba agitada desde el suelo y al calmarse lo mira con autosuficiencia, algo había tramado.

—Veo tu confusión yokai, esa marca te obligará a someterte en cuanto escoja una palabra para ti— Dice en calma— ¡La tengo!, será "idiota"— Dice alto lo último y el yokai grita de dolor, la marca estaba haciendo su trabajo, el poder espiritual arde en su interior—  Adiós yokai, espero no volverte a ver.

"¡Pero que acaba de pasar!."

Pensaron Yako y Sesshomaru al mismo tiempo, no era posible que sucediera eso, estaba siendo controlado por una chiquilla humana, era una vergüenza.

—Espera humana— Habla y la detiene, a pesar de su dolor no le daría el gusto de verlo desesperado— Tu nombre, ¿Cuál es?.

Antes de marcharse, Kagome gira para responderle.

—Mi nombre es kagome— Revela su nombre con orgullo y señala la mano del Yokai— Esa marca no se te quitará jamás pero el dolor pasará, Sesshomaru.

Flores  de Luna © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora