Capítulo 36 "¿Dolor?"

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No me podía dormir la pista que había leído no me dejaba, solo pensaba "Cuidado tus amigos solo fingen", no dejaba de pensar en esa parte, y por una extraña razón Giselle llego a mi mente

Ya eran las 12:00 de la noche y Tomy ya estaba dormido, cuando me estaba quedando dormida alguien toco a la puerta

Me levanté rápidamente y fui a abrir, en cuanto abrí no sé por qué razón sonreí y me alegré cuando vi que era Aiden, aunque también estaba nerviosa

Se veía que estaba agitado, tenía el traje desarreglado y estaba sudando

-Yai – su voz sonó desesperada y antes de que pudiera contestar, me abrazo

No sabía qué hacer, me había tomado por sorpresa y mi corazón comenzó a latir como loco, odiaba lo que sentía, pero también lo amaba

De pronto se alejó de mí y me observo, yo estaba literalmente el shock y no entendía que pasaba

Antes de que pudiera decir algo Aiden tomo mi cara entre sus manos y se acerca demasiado a mí, nuestras frentes estaban juntas, podía sentir su respiración agitada, podía ver su rostro, el mantenía sus ojos cerrados

Y de pronto sus labios tocaron los míos, el beso fue tierno, fue lento, como saboreando cada momento, sus labios sabían a fresa y a menta, sabían tan bien, estaba correspondiendo su beso cuando a mi mente vino la imagen de Giselle y el besándose

Mis manos empujaron su pecho, haciendo que se separa de mi

El soltó un pequeño quejido ante mi acto

- ¿Qué haces aquí? – la molestia se podía notar en mi voz

- ¿Qué? – en su cara se podía apreciar la confusión

- ¿Qué haces aquí? – grite

- Yai, bien a verte, te extrañe – dijo y se acercó nuevamente a mí, tomando mi cara entre sus manos y limpio algunas lágrimas que no sabía que había soltado

Sus palabras sonaban a poesía, cuando llegue soñé que él me dijera eso, pero ahora que las decía me dolían

-Pues no te creo – dije tratando de zafar mi cara de sus manos, pero no pude

-Yai – intento hablar, pero no lo deje

-No me digas así – grite – no me digas Yai, no tienes el derecho de llamarme así – llore

-Yai, de verdad te extrañe – dijo nuevamente

-Claro que no – no podía parar de llorar

-Yai, te amo – dijo estampando sus labios contra los míos

Pero esta vez el beso no fue dulce, fue como la primera vez, fue apasionado, fue brusco. Amaba sentir sus labios contra los míos, su lengua y la mía juntas, pero me dolía, porque su beso con Giselle seguía fresco en mi cabeza

Trate de separarme, pero Aiden no me dejo, comencé a golpearlo en el pecho, pero no dejo que me alejara

Aiden me empujó hacia dentro de la habitación y cerró la puerta con uno de sus pies, sin dejar de besarme

Sin darme cuenta mis labios comenzaron a corresponderle y mis manos lo abrazaron

Por un instante me olvide de todo, me olvide de su beso con Giselle y lo bese, lo bese como temiendo a que desapareciera 

No todo es lo que parece [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora