Capítulo III

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Oscuro y frío, eso era lo único que podía percibir el joven dentro de la diminuta habitación donde yacía hace más de cuatro días.

A veces podía ver la luz de una lámpara de queroseno a través de las ranuras de la puerta, la cual ésta se le abría una pequeña ventana en pocas ocasiones para dejarle algo de pan y agua, tal cual un prisionero en su celda.

Pero estaba demasiado aterrado como para comer del poco pan mohoso que le servían, también tomaba a duras penas el agua que le dejaban por la misma razón de que tras largas jornadas de llanto y desesperación el pobre Seokjin se deshidrataba rápidamente.

No sabía dónde estaba, qué hora era, o a qué día estaban y mucho menos cuándo sería la próxima vez que volvería a ver a su familia

Él sólo quería volver a su hogar lo antes posible y se convencía a sí mismo de que todo eso que estaba viviendo se trataba de una muy larga pesadilla y que tarde o temprano él iba a despertar.

Pero eso no podía estar más lejos de la realidad.

Volvió a escuchar pisadas y de nuevo se asomaba una luz tenue por las ranuras de la puerta, esta vez intentó calmarse para intentar observar dónde estaba y quién o quienes lo habían capturado.

Se atrevió a levantar un poco la pequeña ventanilla de la puerta, logrando ver cómo la silueta de un hombre de mediana edad estaba sentándose mientras abría y luego leía la carta que había recibido.

Luego de unos minutos el hombre rió satisfecho ante la respuesta que había recibido y de inmediato se encontraba ahora escribiendo una carta en respuesta, y Seokjin sólo deseaba con todas sus fuerzas que ésta fuese una carta a sus padres en petición de alguna suma de dinero por su liberación.

Pero de nuevo, eso no podía estar más lejos de la realidad.

El hombre se levantó de su asiento y metió lo que sea que había escrito dentro de un sobre y luego dejándolo sobre la pequeña mesa, para después tomar nuevamente la carta anterior y releer en voz alta algunas oraciones de ésta.

Seokjin no entendía en totalidad lo que ese hombre estaba leyendo por su bajo tono de voz, pero sí pudo entender algunas palabras clave que le derrumbaron todas sus esperanzas de salir de ese infierno.

«Gracias» «Secuestrado» «Procure» «Enferme ni muera» «Consiga» «Dos o tres más» «Paga» «Aumento» «Espere» «Nosotros» «En tres días» «Nos vemos» «Cumpla el trato» «Será un éxito»

El pobre sólo cayó al suelo de rodillas completamente destrozado ante su destino (el cuál también era totalmente incierto), pero lo único que pudo intuir por lo que dijo ese hombre era que a otros tres desafortunados chicos les iba a tocar lo mismo y eso era todavía más triste aún.

Simplemente no sabía qué iba a ser de él y los otros, para qué los querían y cuánto tiempo lo resistiría.

Pero rápidamente se le iluminó la mente un segundo, quizás si negociaba él mismo con el hombre tal vez podrían llegar a un acuerdo, ya que a fin de cuentas él pertenecía a una familia de muy buenos ingresos y por lo tanto esto le pueda interesar a su secuestrador, y como Seokjin era un muchacho de buen corazón obviamente también velaría por el bienestar de las otras tres futuras víctimas de estas personas.

— S-Señor... — Se animó finalmente de hablar. — Y-yo pertenezco a una familia muy adinerada...

Aquel hombre había captado obviamente la suave voz suplicante del jovencito, por lo que le dio curiosidad lo que éste estaba por decir y sólo se limitó a acercarse más hacia la ventanilla para oir mejor.

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2020 ⏰

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