Capítulo II

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Murmullos, en la ciudad sólo había murmullos y rumores regándose rápidamente, llenando de dudas y preguntas a su paso.

— ¿Cómo es posible esto? Se supone que tiene guardias con él siempre — Mencionó la mujer que estaba leyendo la noticia en su periódico ante los demás.

— Quizás sea un berrinche del jovencito — Espetó el anciano que estaba cerca de ella.

— ¿Podría ser un plan para que sintamos lástima por su padre y seguir votando por él? — Habló otra mujer que se encontraba comprando pan junto con el resto de los demás ciudadanos dentro del local.

— Lo que sea que halla sucedido su madre ha de estar en serio desesperada para ofrecer tal ganancia por él — Esta vez había hablado el panadero que estaba tras el mostrador.

Ha desaparecido uno de los hijos menores del Sr. Kim, el alcalde de la ciudad. Seokjin Kim es su nombre y del cual todos en la ciudad están hablando, puesto a que siendo él parte de una familia de alto prestigio ¿Cómo es tan siquiera posible que pudo haber desaparecido de la nada? ¿Es acaso algún tipo de chantaje para obtener alguna recompensa por su liberación? La gente sólo podía inventar cualquier tipo de hipótesis ante su sorpresiva desaparición.

Nuevos carteles llenando la ciudad, esta vez en busca del joven Kim, no sin antes ofrecer una gran recompensa tras su devolución a sus familiares. La gente ya está motivada buscándolo para obtener la satisfactoria recompensa, la cual podría elevarse aún más si se le es entregado su hijo junto con su secuestrador para darle su respectivo castigo y pena de muerte en la horca al perpetrador, frente a todos los ciudadanos como era de costumbre.

***


— Tae por favor, ya déjame descansar unos minutos, en serio estoy muy cansado — Le suplicó su mejor amigo cuando ya no podía mantenerse en pie por el cansancio.

Habían estado practicando unos nuevos y más elaborados pasos de baile para renovar sus presentaciones y salir de lo cotidiano. Con suerte esto atraería más espectadores y con ello ganar más monedas para poder guardar algo de dinero para los objetivos que tenían en mente, pero primero tenían que ahorrar para lo más importante, alimento y el regalo de Jungkook.

— Vale, cinco minutos de descanso y continuamos mejorando, aún no dominas bien el salto donde se tiene que juntar ambas suelas de tus zapatos en el aire — Señaló al mayor mientras éste lo miraba con cara de pocos amigos, el pobre ya había perdido la cuenta de cuántos intentos fallidos tenía en ese mismo paso.

— Conste que hago esto por Jungkookie y la tía Sunhee, sino ya habría tirado la toalla hace rato Taehyung — Habló el mayor a su vez volviéndose a poner de pie para intentarlo nuevamente, esta vez poniendo total atención de cómo lo hacía su compañero.

— No es tan difícil Jiminnie, sólo debes tomar el impulso correcto y flexionar ambas piernas al punto en que tus zapatos queden a la misma altura y así juntar ambas suelas, vamos inténtalo paso a paso — Animó el menor regalándole una de sus simpáticas sonrisas rectangulares.

Ésta vez Jimin coordinó mejor sus movimientos logrando hacer el salto tal cual Taehyung lo había guiado, sonriendo ambos en satisfacción y poniéndose rápidamente en posición para practicar su pequeña coreografía juntos.

— Oigan niños, ustedes no deberían andar vagando solos por ahí con lo que está sucediendo actualmente — Les advirtió una mujer que se dedicaba a vender ramos de flores de su canasta en la plaza, la cual ya llevaba desde hace rato observándolos mientras se dedicaban a hacer la misma danza una y otra vez.

— ¿Qué está sucediendo? — Preguntaron ambos jóvenes al unísono tras las inesperadas palabras de la mujer frente a ellos.

— Se rumorea que hay alguien que secuestró al joven Seokjin, ya saben el hijo menor del alcalde, y que lo más probable es que se lleve otros niños. Por eso deberían ser más cuidadosos e irse a casa.

— Oh, con razón hubo nuevos carteles con la foto de un niño que no conocíamos — Respondió el mayor de los chicos.

— Pero de esta manera es que nos ganamos la vida al igual que usted, esto no es justo — Espetó el joven más alto.

— Tae ella tiene razón, no me quiero imaginar lo roto que estaría el corazón de tía Sunhee si llegásemos a desaparecer como ese chico.

— Pero ¿Y el regalo de Jungkook? ¿La comida? ¿Qué me dices de los otros planes? Esto apesta.

— Podemos seguir practicando cerca de casa y si todo este lío se resuelve y el hijo del alcalde aparece podemos seguir presentándonos en la plaza como siempre ¿Sí, TaeTae?

El menor suspiró mientras asentía en respuesta como era de costumbre, puesto a que su mejor amigo a pesar de su corta edad siempre lograba calmar y hacer entrar en razón a su mejor amigo diciendo siempre las palabras correctas ante cualquier situación, definitivamente era una bendición tener a alguien como Jimin como mejor amigo.

La corta charla que tuvieron los chicos le hizo un pequeño nudo en la garganta a la mujer, ¿Quién sabrá cuanto trabajo habrán pasado estos niños a tan corta edad?

Por eso antes de que la amable mujer se retirara del lugar donde los jóvenes se hallaban, ésta había colocado discretamente una pequeña bolsita de tela dentro de la boina del menor, la cual estaba en el suelo.

— Espero que esto los ayude un poco mientras tanto — Mencionó tímidamente mientras le regalaba una suave sonrisa y un guiño a ambos jovencitos. Sólo dio media vuelta y se marchó sin decir nada más.

Vieron como la mujer se alejaba lentamente del lugar, posando luego ambos chicos sus miradas en lo que había dejado dentro de la boina.

Jimin había soltado el nudo que envolvía la pequeña bolsita, lo que hizo que el par de muchachos vieran asombrados la buena cantidad de monedas que ésta agradable mujer les había obsequiado sin pedir absolutamente nada a cambio, simplemente estaban eternamente agradecidos.

Sus expresiones radiaban felicidad absoluta puesto a que por la cantidad fácilmente podían ahora comprar mejor comida y el regalo de Jungkook para su séptimo cumpleaños.

— ¡Tae vamos! Pasemos por la tienda a comprar el regalo de Jungkookie.

— ¡Sí! Ya quiero ver su expresión cuando vea que sí recibirá el conejito de peluche que tanto quería — Respondió colocándose nuevamente su boina sobre la cabeza y guardando la pequeña bolsita dentro de sus bolsillos.

El par de chicos se encaminaron alegremente hacia donde iban a comprar el obsequio del menor de la familia, aprovechando también pasar por algún almacén donde vendían todo tipo de materiales de arte. Fueron precavidos y sólo compraron lo necesario sin excederse, unas pocas pinturas de envases pequeños, un blog simple y un par de pinceles para el menor junto con su peluche y un bonito lazo adornando tiernamente el obsequio.

El circo podía esperar, por ahora lo importante era hacer feliz al pequeño Jungkook en su cumpleaños puesto a que llevaba algunos años sin recibir nada en su día especial, no era como si fuese una obligación recibir algo y él estaba bien con sólo pasar felíz su día rodeado de su familia, pero de algún modo sus hermanos querían compensar esos años dándoles las cosas más simples pero que al pequeño le harían tan felíz.

Y no había cosa más gratificante que ver la pequeña nariz arrugada y linda sonrisa de conejito que ponía su adorable hermano menor cuando éste reflejaba felicidad absoluta en su tierno rostro.

ROTTEN SHOW | BTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora