ataraxia (kookmin)

capítulo uno

Suena la alarma a las 7:15 a.m, con un ruido ensordecedor, un pelirrubio la detiene de un manotazo y se estira en la cama. En el proceso de relajación, su mano toca la mejilla de su esposo quien duerme plácidamente.

Voltea a observarlo pensando, intentando, lo jura, intenta buscar algún indicio de amor, cariño, deseo incluso, pero no lo logra.

Ya no.

Suspira pesadamente y se levanta esforzándose en alejar ésos pensamientos de su cabeza que sólo lo preocupan "al vicio". Después de todo es un omega y como tal debe centrarse sólo en su marido e hijos ¿no?

Cruza sus brazos tomando los bordes de su camisón y lo retira, junto con el ancho pantalón viejo que usa de pijama y deja ambas prendas a una esquina de la habitación, entre las perchas que se balanceaban dentro de su placard busca una camisa blanca y algun pantalón de vestir, junto con un cinturón de cuero y unas sandalias para el interior del hogar.

Ya vestido, se dirije al baño a realizar una corta rutina de skincare (en realidad solo se saca la lagaña de sus ojos, se lava y se pone un poco de inhibidor) a lavarse los dientes y arreglar un poco su melena; necesita un corte de pelo.

Baja por unas vertiginosas escaleras de mármol y saluda a la ama de llaves, que recién entra a la casa a cumplir su trabajo.

-Buenos días, ShinHye-murmura, saludando de beso a su empleada- ¿Cómo se encuentra hoy?

La muchacha sonríe encantadora y hace una reverencia:
-Buenos días, señor Jung, me encuentro mucho mejor... el analgésico de ayer ayudó bastante, se lo agradezco.

JiMin hace una mueca al oír su apellido de casado pero rápidamente la oculta con una sonrisa.
-Me alegra, cualquier inconveniente me avisa, iré a hacer el desayuno. -dice, mientras estira su cuello y se va directo a la cocina a hacer su deber.

***

-Hoseok, querido, despierta... ya es hora. -susurra el omega, moviendo a su alfa ligeramente. El reloj marca las 8:15, una hora le tomó preparar el desayuno, el almuerzo y la ropa de su esposo para un día de trabajo que para él sería agotador.

-Mh... en seguida, JiMin.
-el castaño se remueve y cubre su fornida espalda entre las sábanas nuevamente; JiMin, exasperado, vuelve a la cocina y procede a desayunar sin su hombre acompañando.

Luego de unos diez minutos, percibe el aroma a aloe vera y menta... Hoseok baja aun con cara de dormido, la camisa, el cabello y la cara desarreglados y uno de los zapatos sin atar.

JiMin lo mira de pies a cabeza y ríe divertido, fingiendo ser risueño mientras se acerca y planta un inocente besito en la mejilla donde hay un rastro de saliva seca.

-Eres un caso, Jung Hoseok. -El mencionado asiente con los ojos cerrados y deja que su omega lo arregle... siente las suaves manos acomodando su camisa, revolviendo su cabello y con un paño a mano, limpia su mejilla.

-Listo. -dice JiMin, mientras iba a buscar la pequeña lonchera donde se encontraban un arroz blanco con hígado encebollado, salteado y unos bocados de pollo.

-Oh, no, cariño, hoy no almorzaré en el trabajo. Iré a un restorán con los muchachos. -Avisa el alfa, ignorando la mirada desolada de su omega y pasa por su lado, recogiendo el maletín, luego camina a pasos largos a la entrada de su hogar.

-¿Ta-tan rápido te vas...? no hemos desayunado.
Hoseok suspira y voltea soltando el picaporte, viendo a su rubio con una cajita en manos.
-Llego tarde, JiMin, no vendré a cenar.
-Pero hoy es noche de Riverdale...
-Sí, demonios, lo sé. Pero debo hablar con éstos tipos para que me dejen negociar; sabes cómo és -JiMin iba a decir algo pero enseguida Hoseok le cortó las palabras. -Y no, no quiero que me esperes para ver esa tonta serie.