EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:
- Harry falta mucho? A dónde vamos para tardar tanto?
- No, no mucho
Capítulo 18:- Si no queda mucho por qué no hemos llegado antes a casa?
- Pues porque te habías dormido y no quería despertarte porque estabas tan cuqui además no quiero dejarte en tu casa
- Vaya y qué has estado haciendo todo este tiempo mientras dormía?
- Pues primero antes de darme cuenta que dormías seguía conduciendo, después paré y al percatarme que dormías decidí no despertarte y me quedé un rato mirándote. A continuación me puse a dar vueltas para pasar el tiempo y ahora pues estamos a punto de llegar a mi casa
Me parecía adorable. En cuanto llegamos a su casa y el aparcó yo le cogí de las mejillas entre mis manos y uní nuestros labios
Salimos del coche y entramos en su casa
- Harry voy a beber que me muero de sed
- Está bien -escuché detrás de mí
Cogí un vaso y abrí el grifo. Harry me agarro por la cintura y una de mis manos la que tenía libre se puso encima de las suyas. Él quito una de sus manos de debajo de las mía y a continuación la colocó encima de la mía apretándola muy fuerte
- No quiero perderte nunca -susurró en mi oído y yo sonreí como una tonta
- Eres increíble pero nunca digas "nunca"
Bebí el agua y me deshice de su agarre
- Lo siento -dije alejándome dirigiéndome al botiquín que tenía en su baño
- Qué te acurre pequeña? Estás bien?
- Me duele
- Qué te duele?
- Los...
- Oh ya sé
Desde que abrí el botiquín no encuentro el ibuprofeno será que no tiene...
- Harry no tienes ibuprofeno?
- Pues se supone que debo tener dejame ver
Entró y allí estaba yo con un dolor increíble en los ovarios que no podía conmigo
- Toma están aquí -dijo cogiendo la caja de la puerta
- Gracias
- Necesitas algo más?
- No, muchas gracias
Me dirigí a la cocina de nuevo y cogí el vaso anterior con un poco de agua. Pusé la pastilla sobre mi lengua y bebí el agua tragando dicha pastilla. Harry estaba en el salón con cara de asustado
- No te preocupes estoy bien -dije acercándome poco a poco a él
- De verdad?
- Si, mi sol
Estabamos aún un poco distanciados y el hizo ese gesto típico gesto con el dedo índice para que me dirigiese a él. Así lo hice. En cuanto estaba cerca de él di un pequeño salto y rodeé mis piernas en su cintura y él colocó sus manos en mi espalda y ocurrió un beso. Nuestras lenguas comenzaron una guerra en la cual ninguna de las dos ganaba
- Te quiero princesa
- Yo no
- No?