En el momento en que leí la última pregunta de la encuesta, mi corazón dio un brinco. Era todo lo que esperaba y mucho más. Solo había un opción; "Sí". Y eso fue lo que encerré en un pequeño círculo. Listo.
Había esperado un momento como ese casi toda mi vida. O bueno, casi toda mi adolescencia. Quería un amor como de libros. Como de película. Como de cualquier cosa super cursi que explicara el desarrollo de una historia de amor entre dos personas. Quería eso. Y ahí estaba, frente a mi, todo nervios sujetando dos helados de vainilla. Esperando mi respuesta.
Me gustaba mucho usar mi sonrisa pícara con él. Combinada con una mirada traviesa que no pudiera descifrar.
Estaba ahí, pensando si era un sí o un no. Dejando que pequeñas gotas del helado escurrieran por sus manos. Todo el día había estado nervioso. Ni siquiera me dejó besarlo durante el trayecto al cine. Supongo que era porque quería que todo saliera perfecto. Y lo fue.
Después de todo el rollo de decirle que sí, abrazarlo y sonreírle bonito mientras miraba sus bonitos ojos cafés antes de darle un beso, entramos a ver la película. O en realidad, entramos a besarnos. Mucho. Si me preguntaran qué tal me pareció la película, probablemente no sabría contestar.
Es de esos momentos que siempre guardarás, aunque no quieras. Y te preguntarás por qué rayos alguien no querría recordar el momento en el que el chico que te gusta te pidió que fueras su novia. Bueno, existen las decepciones amorosas. Aunque todo parezca perfecto al inicio. Muchas veces solo lo aparentaba. Pero tranquilos, esto no se trata de llorar y patalear, es sobre cómo me hice novia de mi mejor amigo...
Y después me dejó.
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Más allá de ti
Teen FictionLa descripción de una dolorosa ruptura, pero una fuerte y merecida recuperación. Puede ser el inicio de una mejor yo. Además, ¿qué tan mala puede ser la experiencia universitaria?